Noruega: Vegetación
El acusado contraste de los climas en Noruega provoca, también, una distribución de la vegetación muy definida. Encontramos cuatro ámbitos diferentes, los hielos, en los que no se desarrollan especies vegetales, la tundra, la taiga y el bosque caducifolio mixto. Todo ello pertenece a la ecozona y al imperio Holoártico.
Noruega es un territorio poco poblado. La mayor parte de su territorio tiene condiciones muy difíciles para el asentamiento humano, por lo que en buena parte de él encontramos condiciones naturales muy poco intervenidas. Los bosques cubren sobre el 30% del territorio, a lo que hay que sumar las praderas de tundra y los grandes hielos.
Los hielos se encuentran en el norte y en las montañas por encima de los 300 metros de altitud, incluso más abajo en cuanto más al norte.
La tundra forma una estrecha franja que bordea los grandes hielos, tanto en el norte, donde tiene una mayor extensión, como en las montañas más al sur. Se caracteriza por sus suelos permanentemente helados (permafrost), lo que impide el desarrollo de la vegetación. Predominan las especies herbáceas, fanerógamas de porte herbáceo, musgos, líquenes y algunos arbustos en las zonas más protegidas. Esta escasez de especies se debe al corto período favorable para el desarrollo de las plantas, la escasez de las precipitaciones y los vientos fuertes.
Al sur de la tundra, y con mayor desarrollo en el centro y el sur que en el norte aparece la taiga. Es el dominio del bosque boreal de coníferas: piceas, pinos y abetos. Los suelos se deshielan en verano, lo que permite un mayor desarrollo radical. En las zonas peor drenadas del interior aparecen turberas. El cortejo florístico es pobre: abedules, álamos, mimbres, alisos, serbales, etc.; y criptógamas como líquenes, helechos y musgos.
En el sur se desarrolla un bosque mixto que da paso de la taiga y al bosque caducifolio. La vegetación está compuesta por un bosque mixto de frondosas y coníferas: haya, roble, pino, abedul, etc. Requiere de un clima más templado y un suelo que no esté helado la mayor parte del año. En el sotobosque aparecen gramíneas, helechos y musgos.
La fauna noruega es escasa, y predominan los invertebrados: insectos y gusanos. La mayor parte de los animales más grandes, recurren bien a la emigración bien a la hibernación, para pasar en invierno. Son comunes el oso, el lince, el zorro, el lobo, la marta, el visón o la comadreja; y herbívoros como el reno, el ciervo, el alce, el conejo, el ratón o la liebre.
Son muy abundantes las especies acuáticas: salmones, truchas, abadejos grises, percas y lucios. En la costa encontramos arenques, bacalao, halibut y caballa.
Noruega tiene una profunda conciencia ambiental, pero no protege más que algo más del 4% del territorio. No obstante, la presión antrópica sobre el territorio es menor que en otros países. Sólo el 3% del territorio está dedicado a la agricultura. Tampoco la industria Noruega es especialmente contaminante, pero por su posición en el continente al país llegan masas de aire muy contaminadas procedentes del Reino Unido y otros países. Así, Noruega ha tenido importante problemas con la lluvia ácida, que ha quemado muchos de sus frágiles bosques.