La tundra
La tundra es la biocenosis propia del clima de tundra. Se encuentra en altas latitudes, en torno a las grandes masas de hielo del Ártico, Groenlandia y el continente Antártico. Los extremos climáticos, frío y precipitaciones escasas, son factores limitantes para el desarrollo de un estrato arbóreo, y hasta arbustivo, por lo que predominan las plantas herbáceas, los líquenes y los hongos. Los arbustos sólo parecen en las zonas más protegidas.
El suelo típico en este clima es el permafrost, es decir un suelo que está permanentemente helado, o en todo caso sólo la parte más superficial llega a deshelarse en el corto verano. El suelo helado dificulta el desarrollo de las raíces, lo que limita el tamaño de las plantas.
El período vegetativo de las plantas es muy corto, debido a los factores limitantes del clima, más los fuertes vientos y las variaciones del fotoperiodismo. Esto provoca largos períodos de inactividad biológica en contraste con un exuberante verano, muy corto pero muy productivo desde el punto de vista biológico.
Las plantas deben de estar adaptadas para soportar bajas temperaturas, lluvias escasas y deben de poder aprovechar las aguas heladas. El número de especies capaces de soportar estas condiciones son muy pocas, por lo que el paisaje suele presentar cierta monotonía. No obstante, con condiciones locales más favorables, aparece cierta variedad.
La vida animal es, también, muy poca. La falta de variedad vegetal impide un número grande de especies herbívoras, y por lo tanto escasean las carnívoras. De hecho hay una sobrerrepresentación de las especies carnívoras, aunque muchas de ellas se alimentan en el mar. Las especies animales deben estar adaptadas al frío, con pieles gruesas y grandes reservas de grasa. Entre ellas están el oso blanco, el buey almizclero, los renos, los caribús, el zorro, las gaviotas, las morsas, la foca y el pingüino.
También son abundantes las aves. Muchas de estas especies tienen otras dos estrategias para sobre llevar el largo invierno: la migración y la hibernación. Las migraciones consisten en trasladarse a lugares más cálidos en invierno y regresar en verano. La hibernación en adormecerse durante el invierno, bajando la actividad biológica en los momentos en los que es más difícil conseguir comida. La hibernación no depende tanto del frío como de la falta de comida. En algunos casos, especies fundamentalmente carnívoras, como el oso o el zorro, basan su alimentación, durante el invierno, en vegetales.
El suelo permafrost dificulta la presencia de animales excavadores, como los gusanos de tierra, los roedores, los topos, y en general todos los que necesiten excavar una madriguera para vivir. Sin embargo no están totalmente ausentes. Especies como el lemming son propios de la tundra.
Encontraremos la tundra en la vertiente ártica de Norteamérica (bahía de Hudson e isla de Baffin), Groenlandia, las costas más septentrionales de Europa y Siberia, y la costa antártica.
