Golfo de Finlandia
El Golfo de Finlandia representa la extensión más oriental del Mar Báltico. Tiene forma alargada y estrecha, en sentido este-oeste. Su superficie es de 30.000 kilómetros cuadrados. Tiene una longitud de 700 kilómetros y una anchura variable que en su parte más amplia alcanza los 130 kilómetros. La profundidad media es de 38 metros, alcanzando su unto más profundo en su extremo occidental, unos 130 metros.
Las aguas septentrionales del golfo bañan la costa sur de Finlandia, las meridionales las del norte de Estonia y las orientales las del Báltico de Rusia, donde se encuentra la ciudad de San Petersburgo. Estros tres países se reparten las aguas territoriales del golfo. En las antiguas sagas nórdicas este cuerpo de mar fue llamado Mar de Kven.
Según la Organización Hidrológica Internacional, el límite occidental del Golfo de Finlandia está marcado por una línea recta imaginaria que conecta la península de Hanko en Finlandia con la isla de Osmussaar en Estonia. Al oeste de ella empieza el Mar Báltico.
Como recibe gran cantidad de agua dulce procedente de aportes fluviales (sobre todo del río Neva) el índice de salinidad es particularmente bajo, entre 0,2 y 0,3 ‰ en la superficie y hasta 0,5 ‰ cerca del fondo. La temperatura media del agua en superficie en verano oscila entre los 15º C y los 17º C, mientras que en invierno se sitúa en tono a los 0º C. Parte del golfo se congela desde finales de noviembre hasta finales de abril, de este a oeste.
El litoral norte es irregular y elevado, con presencia de abundantes cabos y entrantes; en cambio, el litoral sur es más suave y regular, donde abundan las playas arenosas. Al este se encuentra la Bahía de Neva.
En el golfo hay numerosos bancos, islotes e islas. Las más grandes son: Kotlin (Rusia), donde se encuentra la ciudad de Kronstadt, las islas Beryozovye, Lisiy, Maly Vysotsky, Suursaari, Lavansaari, Tytärsaari y otras. Muchas de estas islas son artificiales, construidas por Rusia durante el siglo XVIII en la bahía de Neva para proteger la entrada al puerto de San Petersburgo.
Se da la circunstancia de que en el golfo se encuentran tres destacados puertos que al mismo siempre son las capitales de los países ribereños: Helsinki (Finlandia, en la imagen de arriba), Tallinn (Estonia) y San Petersburgo, que durante siglos fue la capital de Rusia.
La importancia estratégica del Golfo de Finlandia se debe a su condición de vía marítima a San Petersburgo y los otros puertos petroleros rusos como Primorsk. Precisamente debido a este tráfico se han producido algunos problemas medioambientales de diversa gravedad. Los vertidos contaminantes (plomo, mercurio y, en menor medida, residuos radiactivos) han tenido un impacto muy negativo, reduciendo las capturas pesqueras de forma drástica en las últimas décadas.