Turquía europea
La Turquía europea son los restos del gran Impero otomano que llegó a extenderse por toda la península balcánica, hasta las puertas de Viena, la capital imperial. Con los movimientos de independencia y la expansión de los imperios europeos, que culminaría en la primera guerra mundial, el Imperio otomano fue perdiendo territorios en Europa hasta quedar reducida a una pequeña franja en torno al Bósforo y el mar de Mármara. La capital histórica Estambul, las antiguas Constantinopla y Bizancio, se encuentra en la orilla europea del estrecho.
La Turquía europea tiene una superficie de 23.764 km², con unos 160 km de norte a sur y 240 de este a oeste. Se compone de dos regiones montañosas, dos penínsulas y una meseta interior. Al norte se encuentran los montes de Istranca, un conjunto granítico que se eleva abruptamente desde el mar Negro. Tiene una altitud media de 450 metros. Su pico más alto es el Magiada de 1.118 metros. Este conjunto se forman la península de Zatalca, que es una de las orillas del Bósforo. En su extremo suroriental se encuentra Estambul.
En el borde occidental de la Turquía europea se encuentra el río Maritsa, Meriz en turco, que forma la frontera con Grecia y atraviesa la meseta para desembocar en el Egeo. Es navegable hasta Edirme.
Además de su rica historia y geografía, la Turquía europea también es conocida por su diversidad cultural y étnica. A lo largo de los siglos, ha sido hogar de una variedad de grupos étnicos, incluyendo turcos, griegos, armenios, judíos, y otros. Esta diversidad ha dejado una huella indeleble en la cultura y la sociedad de la región, desde su arquitectura y arte hasta su música y gastronomía.
En la costa sur se encuentran los montes Tekir. Se trata de una cordillera boscosa de baja altitud. Su máxima cota es de 639 metros. Su prolongación hacia el suroeste forma la península de Gallípoli, que flanquea el estrecho de los Dardanelos y el mar de Mármara. Las numerosas islas de este mar son picos parcialmente sumergidos de esta cordillera.
El centro de la región se encuentra dominada por una meseta baja y llana, en la que predomina el relieve tabular culminado en caliza. No obstante, hay una clara disimetría entre la zona oeste más alta y caliza y la este, más baja y con predominio de arcillas.
Desde el punto de vista humano la parte europea no se diferencia en nada de la asiática. Ambas orillas quedaron unidas en 1973 con el primer gran puente sobre el Bósforo. De todas formas la comunicación en barco entre ambas orillas del estrecho siempre a sido muy intensa. Ni siquiera forma una unidad política compacta. En la Turquía europea encontramos cuatro provincias. Estambul, que se extiende, también por la parte asiática, Kirklareli, Tekirdag, Edirne y parte de la provincia de Zanakkale, que en su mayor parte se extiende por la orilla asiática.
La provincia de Estambul tiene una superficie de 5.170 km² y una población de unos 14 millones de habitantes. Es la provincia más densamente poblada de Turquía, ya que supera los 2.000 h/km². Estambul es el centro cultural y la capital histórica del país. Aunque la capital histórica se encuentra en la parte europea la Estambul actual se extiende por sendas orillas del Bósforo.
La Turquía europea se extiende por la mayor parte de la antigua Tracia, que también se alcanza a Bulgaria y Grecia, aunque sus límites han variado mucho a lo largo de la historia. El río Evros separa la Tracia turca de la griega.
La Turquía europea es esencialmente industrial, gracias, principalmente, al peso de Estambul, pero fuera de la península de Zatalca predomina la dedicación agrícola gracias a sus fértiles suelos. tabaco, arroz, trigo, algodón, seda, aceite de oliva y frutas son sus principales productos. Además, la región también es conocida por su producción de vino, con varias regiones vitivinícolas que producen vinos de alta calidad. La pesca también es una actividad importante, especialmente en la región del Mar de Mármara y el Bósforo.