Turquía oriental
La Turquía oriental tiene una gran personalidad propia. Comprende las regiones históricas de Armenia, al norte, y Kurdistán, al sur. Son las tierras más elevadas e inhóspitas del país. Tres cuartas partes de la región están entre los 1.500 y los 2.000 metros de altitud. Está formada por grandes altiplanos, algunos de los cuales se encuentran a mayor altitud que las montañas más altas del oeste. Además, la región está trufada de volcanes, ya muy erosionados, pero que nos hablan de las intensas fuerzas orogénicas que se conjugaron en la zona. Destacan el Buyuk Agri-dag, de 5.165 msnm, colindante con Armenia, el Supha-dag, al norte del lago Van, y el Cilo-dagi, en el Kurdistán, cerca de las fronteras con Irán e Iraq.
Las zonas más bajas de la región se encuentran en el norte, y se presentan en forma de profundas gargantas y depresiones alargadas, por las cuales corren los cursos de agua. En el sur estas depresiones son más abiertas, y están orientadas hacia los desiertos de la alta Mesopotamia. Son las llanuras de Gaziantep-Urfa y de Duyarbakir, a una altitud de entre 500 y 800 metros.
Podemos distinguir tres alineaciones montañosas diferentes, aunque la realidad sea más compleja. En el norte, y lindando con los montes Pónticos, se encuentran las cordilleras Kose, Mescitdag y Allahuelber. En realidad forman la tercera banda montañosa del Ponto. En el centro encontramos las cordilleras de Munzur y Karasután, y en el sur la de Erzurum, que en su extremo oriental se encuentra con el macizo volcánico de Buyuk Agri-dag. Esta formación está ceñida por el norte por los cursos superiores del Karasu, un afluente del Éufrates y el Araks. Hacia el sur se encuentra un corredor mesetario, a lo largo del cual corre el río Murat, también afluente del Éufrates. Más al sur aún se encuentran los montes Taurus orientales, o kurdos, que conectan con los montes Zagros en Irán. Forman un arco continuo, roto sólo por el curso de Éufrates, que se extiende desde el golfo de Eskenderun hasta el sur de las provincias de Van y Hakkari.
Salvo las zonas más septentrionales, el resto de la región avena sus aguas por un lado hacia el mar Caspio y por otro hacia el golfo Pérsico a través de los ríos Tigris (Dicle) y Éufrates (Firat). Estos no sólo son los principales ríos de la región, si no los más caudalosos de Turquía, aportando, entre los dos, casi la mitad de los caudales totales de los principales ríos del país. El Éufrates se encuentra represado en Keban, con el fin de obtener energía hidroeléctrica, y el regadío de más de 10.000 km² de las llanuras del sur. El lago Van es la región endorreica más grande del país.
El clima de la región es marcadamente continental, pero modificado por la orografía. Las temperaturas presentan grandes oscilaciones térmicas, tanto diarias como anuales, y las diferencias entre las partes bajas y las cumbres son muy grandes. Los inviernos son fríos, con las temperaturas más bajas de Turquía, frecuentes heladas y precipitaciones de forma de nieve. Los veranos son cálidos y secos, pero con noches muy frías, debido a la poca actuación del efecto invernadero. En las partes bajas del sur se pueden alcanzar temperaturas superiores a los 45 ºC.
La aridez y el rigor climático son limitantes tanto para el desarrollo vegetal, que en muchas ocasiones se reduce a formaciones esteparias, como para el asentamiento humano. Los bosques se concentran en las laderas de umbría y las partes bajas. Las grandes diferencias entre las partes bajas y las altas han propiciado un aprovechamiento ganadero de temporada en busca de los mejores pastos.
Es una región netamente rural, con pocas ciudades y poco pobladas. Tanto la región de Armenia como la del Kurdistán presentan problemas políticos, ya que sus gentes aspiran a proyectos políticos independientes de Turquía.