Golfo de Venezuela
El Golfo de Venezuela, también conocido como Golfo de Coquivacoa, se localiza en la costa más occidental de Venezuela, cerca de la frontera con Colombia. Su superficie total es de casi 18.000 kilómetros cuadrados.
Este cuerpo de agua forma parte del Mar Caribe y se halla conectado con el Lago de Maracaibo (al sur) a través de un estrecho canal. Su profundidad media es de 15 metros, aunque en su punto más profundo alcanza los 60 metros.
Los límites geográficos del Golfo de Venezuela son los siguientes: la Península de la Guajira (Colombia) por el oeste; la Península de Paraguaná (Venezuela) por el este; el Canal de Maracaibo y las costas de los estados venezolanos de Zulia y Falcón por el sur; y las Islas de los Monjes por el norte. Este archipiélago está considerado la frontera natural entre el golfo y el Caribe.
El golfo tiene una longitud de 270 kilómetros en sentido este-oeste. Sus dos principales puertos son Maracaibo y Punto Fijo.
Exploración del Golfo de Venezuela
La primera expedición europea que navegó por las aguas del Golfo de Venezuela fue la del español Alonso Ojeda en 1499. Ojeda iba acompañado entre otros por el italiano Américo Vespucio, que habría sido quien habría bautizado esta región con el nombre de Venezuela.
Al parecer, el topónimo tendría su origen en las construcciones de madera de las tribus locales en las orillas del golfo. Estas estructuras, denominadas palafitos, se arremolinaban en las orillas formando un pequeño laberinto de canales que al italiano le recordaron a los canales venecianos. Venezuela sería pues, una «pequeña Venecia».
No obstante, en los primeros mapas y hasta bien entrado en siglo XVII el golfo apareció con el nombre de Coquivacoa. Este nombre es aún usado hoy por el estado colombiano, que reclama el golfo como parte de su territorio.
Cuestiones políticas, económicas y medioambientales
Desde el punto de vista estratégico, el golfo es de gran importancia para Venezuela como vía de conexión natural entre el Golfo de Maracaibo y el Océano Atlántico.
Sin embargo, aún es más importante la existencia de importantes depósitos de petróleo y gas natural bajo el fondo marino. De hecho, la extracción y refinado de petróleo es la principal actividad económica de esta región, además de la industria fundamental para el sostenimiento de la economía venezolana. La refinería más grande del país, la de Amuay, se encuentra en el Golfo de Venezuela.
La explotación de los recursos naturales del golfo plantea dos cuestiones negativas, tanto en el plano medioambiental como en las conflictivas relaciones con el país vecino, Colombia.
En cuanto a lo primero, la sucesión de negligencias y accidentes acaecidos en los procesos de extracción, refinado y transporte de crudo a lo largo de los años ha causado un deterioro medioambiental irreversible. Casi todos los arrecifes coralinos han desaparecido, mientras que numerosas especies acuáticas de la zona se hallan en peligro de extinción.
Sobre la segunda cuestión, hay que destacar las reivindicaciones territoriales colombianas sobre el Golfo de Venezuela, principalmente motivadas por el acceso a los recursos naturales. La tesis colombiana defiende que el Archipiélago de los Monjes no es una referencia válida para establecer el límite de las aguas territoriales entre ambos países, que en este caso favorecería claramente a los intereses venezolanos.
La disputa, aún hoy sin resolver, ha tenido episodios especialmente graves que han amenazado con desatar un enfrentamiento amado entre ambos países. El más importante de ellos tuvo lugar en el año 1987, cuando se produjo la intrusión de la corbeta colombiana Caldas en aguas del golfo.