Lago de cráter
Se llama cráter de lago a la formación geológica que se produce en un volcán que ha estado sin actividad y que, en consecuencia, acumula la cantidad de agua de lluvia que recibe y que no se evapora ni se filtra. Otro tipo de cráter de lago es el que se forma por un cráter de impacto.
El agua acumulada puede ser ácida o salada, dependiendo de la cantidad de minerales y de azufre que emana el volcán (incluso a pesar de estar inactivo) o puede ser dulce. Entre los lagos de cráter salados se encuentra el Ngoro Nogoro, cuyas aguas son sumamente alcalinas y salinas.
También es importante destacar que a pesar de la actividad casi nula de algunos volcanes, una mínima actividad puede proporcionar aguas con temperaturas elevadas, considerándolas así como termales.
Algunos ejemplos de lagos de cráter:
– Lago Toba: Situado en la isla Indonesia, en Sumatra, es un lago de origen volcánico de 100km de largo y 30km de ancho, con una profundidad de hasta 800 metros en algunos sectores, aunque la oficial se considera de 505 metros. El geólogo holandés Rein van Bemmelen presentó un informe en 1949 en el que consta que el lago Toba está rodeado de rocas ignimbritas y que en su origen fue un maar (o también comúnmente llamada caldera de un volcán). Años más tarde, se encontraron cenizas de riolita (semejantes a las de ignimbrita halladas en los alrededores del lago Toba) en Malasia y la India, distantes unos 3000km del lago Toba. Incluso, se descubrieron cenizas del lago Toba en el fondo del Océano Índico oriental y en el Golfo de Bengala. Estos datos llevan a estimar que la erupción del Toba, considerada como supervolcánica debido a su índice de explosividad clasificado en 8, fue la más violenta de los últimos dos millones de años.
– Monte Pinatubo: Situado en la isla de Luzón, en Filipinas, es un volcán activo cuya última erupción fue en junio de 1991, luego de 500 años de inactividad. Afortunadamente, los habitantes de la zona, los aeta, que ocupaban la montaña desde la colonización española en 1565, pudieron ser evacuados antes de la erupción, pero miles de viviendas fueron destruidas, y los daños materiales se elevaron debido a las cenizas y a los deslizamientos de tierra y de lava que se produjeron con las lluvias posteriores a la violenta erupción. La ferocidad de la erupción se hizo sentir en todo el mundo debido a los gases expulsados durante la erupción: las temperaturas globales bajaron 0,5°C (0,9°F) y la capa de ozono sufrió severos daños. Las consecuencias de la erupción del Monte Pinatubo fueron incluso superiores a las del Krakatoa en 1883.