Geografía

Foiba

Publicado por Pablo Guerrero

En geomorfología, se utiliza el término foiba para referirse a una variedad de accidente kárstico, como por ejemplo una hondonada, un sumidero o una dolina, que se forman por fenómenos naturales debido al desmoronamiento al vacío que se forma debajo de una parte del techo de roca.

Las hondonadas o simas pueden presentarse como una apertura vertical en una cueva o como una fosa de escasa profundidad pero de gran extensión. Este tipo de sima es común en Kars (Carso), una región de meseta kárstica que se encuentra en Italia, Croacia y Eslovenia.

Una dolina, también llamada sumidero o agujero, es un hundimiento cerrado con drenaje subterráneo que puede tener forma de cono, cilindro, tazón o plato. El diámetro suele variar desde pocos a cientos de metros. El término “dolina” es de origen eslavo, y se refiere justamente a este tipo de accidente geológico. A su vez, el término “foiba” puede referirse también a una sima de un río profunda y ancha que se forma en la zona donde este penetra en el subsuelo.

El naturalista italiano Alberto Fortis acuñó el término “foiba” en 1770, cuando escribió una serie de libros acerca de los karst de Dalmacia, y proviene de fovea (latín), que describe una fosa o sima. En realidad, las foiba son simas formadas por la erosión del agua y tienen forma de un embudo invertido, alcanzando en algunos casos más de 200 metros de profundidad. En Istria es muy frecuente encontrar este tipo de formaciones.

Karst:

Se llama karst, carst o carso a una variedad de relieve formado por la meteorización química de rocas del tipo caliza, aljez o dolomía, entre otras, cuya composición de minerales solubles en agua facilitan la meteorización.

El karst se forma por la disolución del carbonato cálcico que se halla en las rocas calizas, producido por la acción de aguas moderadamente ácidas. Las aguas subterráneas y las de la superficie disuelven la roca y crean galerías y cuevas que, al hundirse parcialmente, forman dolinas o que, al hundirse totalmente, forman cañones.

Se pueden producir otros tipos de formaciones kársticas, según si aparecen en la superficie o en cavidades subterráneas. Si aparecen en la superficie, se denominan exokársticas, y pueden ser:

– Lapiaces o lenares, que forman cavidades o zanjas separadas por tabiques de mayor o menor agudeza.

– Poljés, que son depresiones con forma alargada encerradas por vertientes abruptas. Corrientes de agua recorren los poljés en forma parcial o total, y súbitamente, estas vertientes desaparecen en pozos o sumideros y continúan en forma subterránea.

– Dolinas o torcas, que son depresiones de tamaño considerable que se forman donde no circula el agua y se estanca.

– Gargantas, que son valles estrechos y profundos formados por ríos.

– Cuevas, que se forman al filtrarse el agua.

– Simas, que son aberturas angostas que unen la superficie con las galerías debajo de esta.

– Ponors, que son aperturas como portal cuyo lago o corriente superficial desemboca en un sistema de agua debajo de la superficie.

Si las formaciones kársticas son subterráneas, se denominan endokársticas, como por ejemplo las simas, los sifones, los sumideros las fobias, etcétera.