Afluente
En el ámbito de los estudios hidrográficos se denomina afluente al curso de agua. Muchas veces también es denominado tributario. Este curso no finaliza en el mar sino en un río de mayor caudal que finalmente se unifica en un lugar específico que se llama confluencia. Se llama afluente al menor de los dos ríos que se están uniendo, el que presenta menor volumen de agua y menor caudal. Sin embargo es posible encontrar varias excepciones a esta característica. Un ejemplo claro es el río Misisipi, que tiene como afluente al río Misuri pero en vez de presentar menor caudal al Misisipi, el río Misuri no solo que tiene más volumen sino que es más grande, igualmente es considerado un afluente.
Otro ejemplo famoso es el caso del río Miño y narcea, que resultan ser mucho más chicos que sus afluentes Sil y Nalón. El río Guaviare resulta ser más largo que el Orinoco, sin embargo no logra tener mayor caudal de agua. Estas excepciones presentan el ejemplo de que los nombres que obtienen los ríos usualmente no tienen que ver con sus dimensiones y sus roles, sino que suelen depender de una cuestión de toponimia.
El término inverso de afluente es efluente y se trata de una ramificación de un río, de origen natural o creada por el hombre, saliendo de otro más chico. Muchas veces se dan los efluentes de origen natural, por ejemplo el Casiquiare con el Orinoco, pero la mayoría de los casos se trata de efluentes creados y provocados por el hombre para beneficiarse en el riego, abastecimiento de poblaciones en lugares que se encuentran muy alejados de suministros naturales de agua.
En los últimos tiempos ha salido a la luz la posibilidad de que el río amazonas presente un afluente ubicado en niveles subterráneos, que dataría de muchísimos años atrás y que recorre kilómetros enteros. Las investigaciones fueron realizadas por científicos brasileños que llegaron a la conclusión de que se presentaban pruebas de que existiría un río subterráneo de 6000 kilómetros de longitud, ubicado a miles de metros bajo tierra.
Los estudios se llevaron a cabo en pozos de petróleo utilizados en la década del 70 y 80 que permitieron demostrar que hay movimientos a 4000 metros debajo del río amazonas. Estos pozos fueron estudiados en sus cambios de temperaturas para detectar movimientos bajo tierra. Se analizaron en total 241 pozos pertenecientes a la conocida empresa latinoamericana Petrobrás.
El recién conocido río subterráneo fue bautizado Hamza en honor al director de las investigaciones que a su vez fue el encargado de realizar este maravilloso descubrimiento. Hamza aseguró que de confirmarse la existencia de este río se podría afirmar que la selva amazónica se nutre de dos fuentes de agua, el río amazonas y el hamza.
Los investigadores aseguraron que se deberá aguardar al año 2014 para obtener la confirmación exacta sobre la localización del río y la confirmación fehaciente de su existencia verdadera, ya que su descubrimiento significaría un enorme impacto en el ámbito económico y ambiental de la selva amazónica.