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Transporte marítimo

Publicado por Santiago

Commons Wikimedia: Barco mercante cargado con contenedoresEl transporte marítimo es uno de los más antiguos que se conocen. Permite el transporte de grandes cantidades de mercancías, a largas distancias y a precios baratos. Hoy en día está centrado casi exclusivamente en el transporte de mercancías: la marina mercante, y el transporte de pasajeros se reduce a pequeños trayectos en transbordadores rápidos y a los cruceros de vacaciones, y los pequeños yates y veleros.

La velocidad de los barcos es baja, pero la gran cantidad de mercancías que transporta y el bajo precio hacen de él un medio muy rentable.

El transporte marítimo no requiere de la construcción de una red intermedia, pero sí del conocimiento exacto de las características del océano: corrientes, arrecifes, etc., y de una técnica muy precisa para navegar. Además, precisa de la creación de una red de puertos para el atraque de los barcos, y otra de señales en la costa (faros) para la guía y orientación desde el mar.

Los flujos de transporte más intensos están en los mares interiores en los que es posible trayectos cortos: Mediterráneo, Caribe, Báltico, Indonesia, etc. Las líneas interoceánicas más transitadas son las que unen Estados Unidos con Europa por un lado y Japón y el Sudeste asiático por el otro. En las rutas interoceánicas tienen gran importancia dos canales artificiales: el canal de Panamá y el canal de Suez, que evitan la derrota por el sur de América y África, respectivamente.

Los barcos que circulan por los mares son de muchos tipos. Van desde los pequeños veleros deportivos a los grandes buques de carga. Cada uno de ellos necesita un tipo de puerto diferente. A las pequeñas embarcaciones les basta con pequeños puertos con calado suficiente y bien protegido. Los servicios que ofrece el puerto depende del carácter de las embarcaciones que acoja. Los barcos pequeños que se dedican a la pesca necesitan servicios de carga y descarga, un lugar de venta de las capturas, y talleres de reparación de los barcos. Los barcos pequeños de recreo o deportivos necesitan de servicios más especializados, y caros, ya que a ellos sólo acceden personas con un nivel adquisitivo alto. Son puertos deportivos que, normalmente, está segregados del resto de los puertos. Más grandes, complejos y con mayor calado necesitan los barcos más grandes. Los barcos de pasajeros requieren de una zona de embarque para las personas. Los grandes transbordadores también permiten viajar con los vehículos, por lo que se necesita una zona de embarque para estos. Los grandes barcos mercantes necesitan los puertos más grandes, con más servicios y con servicios especializados en su tipo de carga. Así, hay puertos pesqueros, industriales, mercantes, etc. Necesitan de muelles, zonas de carga y descarga, que van desde grandes grúas a sistemas de tuberías para el petróleo, gas, agua, etc. De esta manera, los puertos suelen estar especializados en algún tipo de actividad marítima, con una disposición específica para atender sus necesidades.

En algunos países existen puertos francos, es decir puertos en los que las mercancías no pagan impuestos hasta que ingresan en el país, por lo que se pueden almacenar y reexportar sin pagar impuestos.

Un tipo especializado de marina es la militar, que requiere de barcos específicos para realizar sus misiones, desde pequeñas patrulleras a grandes portaaviones, y puertos específicos de carácter militar.

Algunos de los puertos más importantes del mundo son los de Nueva York, Rótterdam, Singapur, Kobe, Nagoya, Yokohama, etc. Es decir se encuentran en los países ricos y las grandes ciudades.

La marina mercante tiene un fuerte carácter internacional, ya que las aguas territoriales de los países llegan hasta un máximo de 300 millas, y el resto son aguas internacionales. Así, muchos barcos navegan bajo «bandera de conveniencia», es decir, bajo la bandera de países que no controlan la calidad del barco, y cobran pocos impuestos, como Panamá o Liberia.

La marina mercante se ha beneficiado mucho del transporte intermodal, es decir, cerrados en contenedores, con matrícula para su control, capaces de ser apilados y transportados en barco, en vagones de trenes o como caja de un camión. Los contenedores facilitan la carga, descarga y almacenamiento de las mercancías, especialmente si estas son heterogéneas o requieren de cuidados especiales.