Transporte fluvial
El transporte fluvial y de las aguas interiores (lagos) es muy importante en las regiones con grandes lagos y ríos anchos caudalosos y regulares. Es particularmente importante para los países de América, en donde muchas veces se convierte en la vía de comunicación principal entre determinadas zonas. Transporta tanto pasajeros como mercancías. Los puertos no están tan especializados como en el caso del transporte marítimo, pero hay muelles para el embarque de pasajeros, de sus vehículos, de las mercancías, etc.
Los barcos que navegan por ríos y lagos necesitan un conocimiento muy exacto de las características del río, bancos de arena, corrientes, etc., que, normalmente, son cambiantes. Para sortear estos inconvenientes suelen tener un menor calado y un fondo más o menos plano. Además, existen complejas infraestructuras para salvar rápidos y represamientos de las aguas.
El transporte fluvial, que estuvo a punto de desaparecer como medio de transporte de importancia a mediados del siglo XX, se revitalizó gracias a la posibilidad de transporte intermodal que ofrecen los contenedores, que facilitan la carga, descarga y almacenamiento, de grandes cantidades de mercancía heterogéneas. El transporte de viajeros tiene un carácter regular en trayectos entre dos puertos del mismo río.
Son muchos los ríos navegables en el mundo, y algunos de los más antiguos están en Europa. En los países ricos los cursos suelen estar acondicionados para facilitar la navegación: rectificación del curso, dragado del fondo, etc. Y también hay canales que conectan unos ríos con otros, para multiplicar la posibilidad de viaje.
Dentro de la Unión Europea los ríos navegables más importantes son el Rin y el Danubio, que están conectados, por lo que a través de ellos se puede navegar desde el Atlántico hasta el mar Negro. También están conectados con el Ródano, con lo que se navega hasta el Mediterráneo. También son navegables el Elba, Támesis, Po, Sena, Garona, Loira y Dniépper.
En Rusia encontramos el río Volga, el más largo de Europa, que está comunicado mediante canales con otros ríos, con lo que forma una red que une los mares Caspio, Azov, Báltico y el océano Glacial Ártico. De este modo se alcanza una gran región en el transporte fluvial, superándose así el obstáculo que significa el congelamiento de los ríos septentrionales. También son navegables el Obi, Yenisei y Lena, en Siberia.
En América del Norte las grandes zonas de navegación fluvial son los Grandes Lagos, el río San Lorenzo, el río Misisipi y el río Hudson, en cuya desembocadura se encuentra el puerto de Nueva York.
En Sudamérica destaca sobre todos el río Amazonas y su afluente el Negro, que llega a comunicar cinco países: Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela y Brasil desembocando en el océano Atlántico. El sistema de los ríos Paraguay y Paraná, que comunica Brasil, Bolivia, Paraguay y Argentina. Además de los ríos Orinoco, Uruguay y Magdalena.
En África los principales ríos navegables son el Nilo, el Congo y el Níger.
En Asia los principales ríos navegables son el Yangtze, Indo, Ganges, Irawaddy, Mae Nam, Tigris y Éufrates.
En Oceanía sólo podemos mencionar unos pocos kilómetros de los ríos Murray, Darling y Fly, en Australia.