República Dominicana: economía
La República Dominicana es una país en vías de desarrollo con una renta per cápita de unos 8.000 dólares estadounidenses, que está por encima de la mayoría de los países de su entorno. Sólo los grandes países de Hispanoamérica tienen una economía más potente: Brasil, México, Argentina, Venezuela, Colombia, Puerto Rico Chile y Perú.
La moneda nacional es el peso oro dominicano. El valor real del peso dominicano fluctúa frente al dólar americano y su valor está sujeto a las leyes de la oferta y la demanda. El Banco Central de la República Dominicana es el encargado de ejecutar la política monetaria.
La economía dominicana tiene cuatro pilares: agricultura, minería, turismo y zonas francas industriales.
En la actualidad la economía dominicana descansa, principalmente, en el turismo; aunque en tiempos el principal sector fue la agricultura, que sigue siendo de gran importancia para la economía interna.
Los principales productos agrícolas son: caña de azúcar (principal actividad agrícola), arroz, cacao, café, tabaco, guineo, productos cítricos, habichuelas, tomates, algodón, entre otros. Los principales productos de exportación agrícola son: café, cacao, azúcar de caña, piñas, naranjas, guineos, flores, vegetales, tabacos. Supone el 10% del PIB.
La producción minera se concentra en el Cibao, donde existen grandes yacimientos de ferroníquel y la mina de cielo abierto más grande del continente. También se exporta sal gema, yeso y mármol.
La producción industrial es escasa, y se centra, principalmente, en el sector agroalimentario: procesamiento de azúcar, tabaco, ferroníquel y minería de oro, textiles, cemento, etc. El sector industrial, junto con el minero supone el 31% del PIB.
El sector servicios es el más importante, ya que supone el 58% del PIB, pero está sobredimensionado por la importancia del turismo y el comercio internacional. En general los servicios para la población y las empresas dominicanas son débiles, lo que hace difícil la toma de iniciativas.
Una vía de ingreso de divisas importante son las remesas en dólares que envían los dominicanos residentes en el exterior. Es un dinero que llega a familias concretas con el que pueden crear pequeños negocios con el que impulsar la economía local.
Tras crisis económica que afectó a toda Iberoamérica a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990 la República Dominicana ha entrado en un período de crecimiento moderado, pero entre el 2000 y el 2004, se produce una profunda crisis bancaria que hizo colapsar sectores completos de la economía, y se estima, que entre un 12 a un 15% de la población pasó de ser pobre a muy pobre o indigente. Hoy en día el crecimiento es más estable y sostenido, y se fundamenta en la construcción, el turismo y las telecomunicaciones.
Como la mayoría de los países de su entorno la República Dominicana tiene una economía dual, una que satisface la demanda interna y otra, más fuerte, que satisface la demanda de los mercados internacionales. Esto se ve en la estructura del turismo, cuyo desarrollo apenas influye en la economía local. El turismo está amenazado por la inseguridad ciudadana, el deterioro medioambiental, la especulación inmobiliaria y, sobre todo, la exclusión de la población dominicana y su valor añadido.
Un sector fundamental es la producción de energía eléctrica, que se obtiene, fundamentalmente gracias a la hidroelectricidad.
A pesar de ser un país eminentemente exportador su balanza de pagos es claramente negativa, ya que debe de importar todo el petróleo y los productos industriales elaborados. El principal socio comercial es EE UU, seguido por los países caribeños (Venezuela, México, Colombia) y la Unión Europea.
El talón de Aquiles de la economía dominicana es su alta inflación, que supera el 10% anual.