República Checa: Población y economía
La República Checa tiene unos 10.250.000 habitantes lo que da una densidad demográfica de unos 130 h/km². Se trata de una población moderna, que llegó al fin de la transición demográfica durante el período comunista. Su población está envejecida. El 14% de la población tiene menos de 15 años, sobre el 71% entre 15 y 65 años, y un 15% más de 65 años. La República Checa pierde población, poco a poco: -0,08% anual, potenciado por un saldo migratorio levemente negativo (0,97‰). La tasa de natalidad es muy baja (9‰) lo que implica una tasa de fertilidad de unos 1,2 hijos por mujer. La tasa de mortalidad es muy baja (10‰), y mucho más baja tasa de mortalidad infantil (4‰) como corresponde a un país en el que la sanidad de calidad está al alcance de toda la población. La esperanza de vida al nacimiento es de unos 76 años.
La República Checa es el pueblo eslavo más occidentalizado. Su distribución territorial es desigual. Moravia septentrional, en la frontera con Polonia es la región más poblada, seguida de Bohemia occidental y muy de lejos por Bohemia meridional. La mayoría de la población es de origen checo, aunque hay un contingente importante de eslovacos, que no emigraron tras la segregación. Es un país muy urbanizado, aunque no tiene grandes ciudades. Las más importantes son:
* Praga, 1.183.473 h, región de Praga
* Brno, 364.126 h, región de Jihomoravsky
* Ostrava, 311.467 h, región de Moravskoslezsky
* Plzen, 164.845 h, región de Plzensky
* Olomouc, 101.081 Olomoucky
* Liberec, 98.035 h, región de Liberecky
* Hradec Kralove, 94.141 h, región de Kralovehradecky
* Ceske Budejovice, 93.791 h, región de Jihocesky
* Usti nad Labem, 93.680 h, región de Ustecky
La economía checa está muy industrializada, pero la mayoría de ella es heredada del período comunista, por lo que está obsoleta. La República Checa está en pleno proceso de modernización, gracias a los fondos de cohesión de la Unión Europea, y la inversión de multinacionales que buscan una mano de obra barata y dentro de las fronteras de la Unión.
Además, el país ha experimentado un crecimiento significativo en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Las empresas checas están a la vanguardia en áreas como la ciberseguridad y la inteligencia artificial, lo que ha atraído a inversores internacionales y ha impulsado la creación de empleo en el sector. El gobierno checo también ha implementado políticas favorables para fomentar la innovación y la digitalización de la economía.
La agricultura tiene una importancia relativa, aporta un 3% al PIB y acoge al 4% de la mano de obra, la industria aporte al 38% y acoge al 40% de la fuerza laboral, y los servicios aportan el 59% del PIB y acogen al 57% de los trabajadores.
En la agricultura los cereales suponen más de la mitad de la superficie cultivada, especialmente trigo y centeno. La cebada y la avena se usan, principalmente, para forraje para el ganado y para la fabricación de cerveza, una cerveza de calidad que exporta a muchos países de Europa. También destaca la producción de remolacha azucarera, lúpulo, lino, cáñamo y tabaco. Las principales regiones agrícolas son el valle del Ohre, Bohemia septemtrional, el valle del Morava y la llanura de Melnik.
La producción pecuaria es muy importante, tanto en calidad como en cantidad. Destaca la producción bovina, seguida del porcino y el ovino.
Los bosques ocupan más de un cuarto del país. Alimentan una importante industria del mueble y de producción de papel.
La República Checa tiene grandes minas de lignito, concentradas, sobre todo, en Bohemia septentrional y Sokolov, y hulla y antracita en Ostrava-Karviná. Este carbón se usa, sobre todo, para la producción de energía eléctrica, a través de centrales térmicas.
La industria está en pleno proceso de reconversión, desde una tecnología obsoleta a otra más moderna, y en buena medida controlada por las grandes multinacionales. Destaca la industria textil, que se localiza en el arco de los Sudetes y montes Metálicos. Las principales instalaciones siderúrgicas se encuentran en Ostrava, Vitkovice, Kuncice y Trinec en Silesia, además de otros centros menores en Bohemia. Se producen, sobre todo, automóviles, maquinaria y trenes. El sector del motor es uno de los más importantes, que se ha renovado gracias a las grandes multinacionales. En Ostrava existe una importante industria química. También hay que destacar la industria del vidrio de gran calidad que se produce en Bohemia.
Los servicios son la base de la economía checa. Destaca el comercio, tanto interior como exterior. En cuanto el comercio exterior sobre sale la exportación de sus productos industriales y cerveza. Sus principales clientes son los otros países de la Unión Europea, especialmente tras el ingreso en ella. La red de transportes es densa, pero está en pleno proceso de modernización. Destaca la densidad de la red ferroviaria, que prácticamente llega a todos los pueblos del país. Una gran autopista enlaza Praga, Brno y Bratislava en Eslovaquia, las ciudades más importantes del país. El Elba y el Moldava son navegables, y Melnik el principal puerto del país. La República Checa tiene un fuerte potencial turístico, especialmente en turismo de calidad, naturalista y balneario.
Además, la República Checa ha experimentado un auge en el turismo cultural, con una rica historia y patrimonio que atrae a visitantes de todo el mundo. Los castillos y palacios históricos, las ciudades medievales y los sitios del patrimonio mundial de la UNESCO son algunos de los principales atractivos turísticos. El país también es famoso por su música clásica, con una gran cantidad de festivales y eventos de música clásica que se celebran cada año.