Oceanía: contrastes socioeconómicos
Oceanía es un continente pequeño y poco poblado, pero su fuerte carácter insular, provoca grandes contrastes entre países. Hawai, Guam, y Samoa Americana son parte de Estados Unidos, por lo que comparten su nivel de desarrollo. Lo mismo ocurre con Islas Pitcairn y el Reino Unido y Polinesia Francesa con respecto a Francia. Del resto de las islas tienen economías muy poco desarrolladas, pero esto no quiere decir que sean países subdesarrollados, ya que los recursos están en un equilibrio bastante eficaz con el medio. Así, son escasos los conflictos que produce el subdesarrollo en otros países. Por otra parte, los sistemas políticos de muchas de estas islas son democracias, bien como repúblicas bien como monarquías. Aunque se han dado golpes de Estado no son frecuentes y la estabilidad política es notable.
La mayoría de las divisas que entran en estas islas son producto del turismo, ya que no hay en ellas una industria significativa. El modo de vida consumista que impera en los países desarrollados está, en cierto sentido, ausente en estas islas, donde es posible vivir más o menos cómodamente sin necesidad de grandes cantidades de tecnología.
Además del turismo el otro sector significativo de las islas de Oceanía es la agricultura. Encontramos dos modelos, una agricultura de plantación, que genera productos para la exportación, como plátanos, cocos, cacao, hevea; y una agricultura dirigida a satisfacer las necesidades alimentarias locales. Esta última no es exactamente una agricultura de subsistencia, ya que necesita de los recursos de la revolución verde, pero sí es sucesora de la agricultura tradicional.
En contraste con el bajo desarrollo de la mayoría de las islas del Pacífico están los países plenamente desarrollados de Australia y Nueva Zelanda. Australia y Nueva Zelanda fueron países colonizados por el Reino Unido, y gracias al comercio con la metrópoli y el desarrollo del capitalismo a la manera de los EE UU han puesto estas economías entre las más desarrolladas del mundo. Debido a la gran extensión de Australia y la la difícil orografía de Nueva Zelanda las zonas más desarrolladas coinciden con las más pobladas. Cosa, por otra parte, que sucede en todo país desarrollado.
La mayoría de la población se concentra en Australia y Nueva Zelanda, y en estos países en la costa. La mayor parte de Australia tiene densidades de población menores de 1 h/km². La población en Australia se concentra en torno a Sydney, Melbourne, Adelaida, Brisbane y Perth; con un centro secundario en Tasmania, en torno a Hobart. En Nueva Zelanda la mayoría de la población se concentra en la Isla Norte, en torno a Auckland por un lado y Wellington por otro, con un centro secundario en la Isla Sur, en torno a Christchurch. El resto de las islas del Pacífico tienen densidades de población variables, debido a la escasa superficie. Las islas más desarrolladas superan los 200 h/km², pero no se debe olvidar que tienen muy poca población total: en la mayoría de los casos menos de 100.000 habitantes.
No hay ninguna ciudad de Oceanía que esté entre las 50 mayores metrópolis del mundo. Las más importantes son:
* Sydney, 4.293.105 h (Australia),
* Melbourne, 3.684.461 h (Australia),
* Brisbane, 1.820.375 h (Australia),
* Perth, 1.507.949 h (Australia),
* Auckland, 1.260.900 h (Nueva Zelanda)
* Adelaide, 1.138.833 h (Australia),
* Gold Coast-Tweed, 554.628 h (Australia),
* Newcastle, 512.131 h (Australia),
* Wellington, 449.000 h (Nueva Zelanda),
* Honolulu 399.250 h (Hawai, EE UU)
* Canberra-Queanbeyan, 374.766 h (Nueva Zelanda),
* Christchurch, 367.700 h (Nueva Zelanda)