El Salvador: economía
El Salvador es un país subdesarrollado con grandes contrastes entre ricos y pobres, y zonas más y menos prósperas. El sistema latifundista de las «catorce familias» que dominan el país se remonta a la independencia, y sigue, en buena medida, vigente. Las prolongadas guerras y la violencia social ha impedido el desarrollo económico del país. Sólo tras los acuerdos de paz de 1992 parece haber entrado en un proceso de estabilidad que impulsa su desarrollo. El Salvador tiene una economía dual, una parte se dirige al abastecimiento interno, y es muy débil, y otra, la mayor parte, se orienta a la exportación.
Durante la mayor parte del siglo XX el producto estrella de era el café. La agricultura local tiene una gran presencia en los departamentos del norte: maíz, arroz, frijoles, patatas, frutas y verduras son los cultivos más importantes de la agricultura local. Por el contrario, el café, el algodón, la caña de azúcar y las bananas son los principales cultivos de plantación dedicados a la exportación. El café se da entre los 500 y los 1.500 metros en el cordón volcánico, el algodón en la costa y la cuenca de San Miguel y la caña de azúcar en los valles centrales. Existe, pues, una especialización productiva bastante bien definida.
Tras los acuerdos de paz de 1992 la economía de El Salvador ha estado creciendo a un ritmo moderado pero constante gracias a las iniciativas de mercado libre y la privatización de muchos servicios antes controlados por el Estado. Este crecimiento, sin embargo, mantiene muchas de las desigualdades y aún no ha alcanzado los niveles de la década de 1970. El quinto más rico de la población controla el 45% de la ganancia del país, mientras que el quinto más pobre recibió solamente 5,6%.
Desde el 1 de enero del 2001 el dólar estadounidense se convirtió en moneda de curso legal (junto al colón salvadadoreño, aunque este dejó de circular ese mismo año). Esto limita la posibilidad de tener una política monetaria independiente, pero da estabilidad al sistema, a pesar de la inflación que se produjo.
En El Salvador la agricultura tiene un peso muy importante, aunque en la actualidad el proceso de industrialización y terciarización de la economía se está consolidando. Las principales industrias, sin embargo, están relacionadas con el sector agroalimentario, pero también petróleo, tabaco, química, textiles y muebles. Sin embargo, existe una industrial local muy centrada en la artesanía: mimbre, jarcia, barro, palma, madera, tule, jícaras, cuero y metales, entre ellos el oro y la plata. Está muy difundida la artesanía del tejido, la alfarería, la orfebrería (filigranas) y el trabajo del metal; y una industria destinada a la exportación con grandes empresas multinacionales, que buscan aquí mejores condiciones laborales.
Entre los servicios destacan el incipiente turismo y una buenas comunicaciones en el interior del país, centradas en torno al eje de la carretera Panamericana. El comercio es el sector principal, no obstante, el predominio del comercio exterior desvirtúa las cifras totales.
El Salvador fue el primer país en firmar el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA). Estados Unidos es su mercado principal, con el que tiene una balanza de pagos claramente negativa. Además tiene acuerdos de libre comercio con México, Chile y Panamá. También tiene tratados con Canadá, Colombia, Taiwán, y se negocian con la Unión Europea. Esto revela la importancia que tiene la exportación en la economía de El Salvador. El Plan Puebla Panamá pretende una integración más eficaz de las economías de toda la región lo que dará una oportunidad de crecimiento a todos los países.
Una de las trabas que ha tenido El Salvador para el despegue económico ha sido el pago de la deuda externa, que se ha llevado buena parte de los beneficios creados con el crecimiento económico. Los impuestos necesarios para pagarla han sido una rémora para el país.