Fosa de Puerto Rico
La Fosa de Puerto Rico es, con sus 8.376 metros de profundidad, la fosa más profunda del Océano Atlántico. Está asociada con una transición compleja entre la zona de subducción de las Antillas Menores al sur y la falla que se extiende al oeste entre las islas de Cuba y La Española.
La Fosa de Puerto Rico resulta de la interacción tectónica compleja entre la placa del Caribe y la placa de América del Norte. Este proceso da lugar a características oceánicas profundas, donde la placa de América del Norte se subduce bajo la placa del Caribe.
La fosa tiene una longitud de 800 kilómetros en sentido este-oeste. Su pinto de máxima profundidad ha sido bautizado con el nombre de Milwaukee Deep y fue identificado en el año 2018 utilizando un sonar multihaz. Este lugar fue visitado por un sumergible tripulado por el explorador y oceanógrafo Victor Vescovo ese mismo año. El sumergible de Vescovo alcanzó una profundidad de 8,376 metros, fijando así el punto más profundo de la Fosa de Puerto Rico en las coordenadas 19 ° 42″49 «N, 67 ° 18″39» W.
Desde el punto de vista tectónico, la Fosa de Puerto Rico está ubicada en un límite entre dos placas donde tiene lugar un importante componente de subducción. La placa del Caribe se desplaza lentamente hacia el este mientras que la placa de América del Norte lo hace hacia el oeste. Como resultado de esto, la Placa de América del Norte está siendo subducida por la Placa del Caribe, de forma oblicua en su parte occidental y de manera más directa en la oriental, a la altura de las Pequeñas Antillas. Esta subducción es responsable de la actividad sísmica en la región y forma parte de un conjunto de fenómenos geológicos que modelan el fondo marino del Atlántico.
Esta zona de subducción es la razón por la cual existen tantos volcanes activos sobre la parte sureste del Mar Caribe. También es el origen de la intensa actividad sísmica registrada en Puerto Rico, las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Vírgenes Estadounidenses y la República Dominicana.
La Fosa de Puerto Rico es un punto crítico ecológico, albergando una variedad de organismos marinos únicos adaptados a su entorno extremo. Investigaciones recientes han descubierto nuevas especies en estas profundidades, subrayando la relevancia de la fosa para la biodiversidad marina y los estudios ecológicos futuros.
Exploración de la Fosa de Puerto Rico
La fosa fue descubierta y descrita por primera vez en el año 1883. El hallazgo se produjo durante un viaje de exploración oceánica del buque estadounidense Blake. Las mediciones realizadas por esta expedición determinaron un punto de máxima profundidad de más de 9.000 metros (más adelante esta cifra sería revisada y corregida). Este punto recibió el nombre de Fosa de Brownson o Abismo Brownson.
Años después, en 1939, una nueva expedición oceanográfica llevada a cabo por el buque USS Milwaukee de la Marina de los Estados Unidos determinó un nuevo punto de máxima profundidad que fue bautizado como Fosa Milwaukee.
El fondo marino de la Fosa de Puerto Rico fue visitado por primera vez en el año 1964 por el batiscafo francés Archimède en 1964.
Sin embargo, el primer descenso tripulado fue el realizado por el explorador estadounidense Víctor Vescovo el 19 de diciembre de 2018. Esta inmersión se enmarcó dentro de la Expedición Five Deeps, cuyo objetivo era alcanzar los puntos más profundos de los cinco océanos del mundo.
A pesar de su ubicación remota, la Fosa de Puerto Rico enfrenta amenazas como la contaminación marina y la minería submarina. La comunidad internacional está discutiendo iniciativas de conservación para proteger este valioso ecosistema y asegurar un uso sostenible de sus recursos.