Haití: Geografía humana
Con una renta per cápita de unos 1.614 dólares estadounidenses Haití es uno de los países más pobres del mundo. Aproximadamente un 70% de la población vive en la pobreza. Cerca del 70% de los haitianos depende de una agricultura de subsistencia a pequeña escala y que emplea cerca de las dos terceras partes de la población activa. No obstante, no es un país escaso de recursos, sino que la injusticia social y la inestabilidad política (promovida por EE UU) hacen de él un país poco favorable a las inversiones. Durante las últimas décadas del siglo XX, y especialmente durante la dictadura de Jean-Claude Duvalier, cuanta más ayuda internacional recibía el país más se empobrecía, ya que la corrupción la hizo desaparecer. Se llegó al contrabando de los productos básicos como el arroz, y a importar azúcar.
En la década de 1980 la economía haitiana calló en un absoluto descontrol al aplicar las políticas liberalizadoras promovidas por el Banco Mundial y la agencia desarrollo norteamericana US Aid. El Banco Mundial impuso la expansión de las empresas privadas y la «minimización de los objetivos sociales», esto provocó el aumento de la desigualdad, el analfabetismo y empeoró el nivel sanitario. Las consecuencias de estas políticas fueron drásticas. La agricultura se orientó a la exportación, regateando la tierra a la producción de alimentos que satisfacían la demanda interna. La población llegó a pasar hambre. La baja asistencia social agudizó la miseria y las diferencias sociales. Los más beneficiados de estas políticas fueron los ricos haitianos y los empresarios estadounidenses. Algunas empresas estadounidenses están radicadas en Haití, para la comercialización de sus productos, pero se encuentran en las zonas francas, con un régimen fiscal y aduanero que deja muy pocas divisas.
Tras la caída de Jean-Claude Duvalier se entró en un proceso de democratización que llevó al poder a Jean-Bertrand Aristide, con un programa reformista y de mayor justicia social, pero EE UU promovió un golpe militar para impedir sus reformas. A pesar de la vuelta a la democracia la política económica sigue orientada a la satisfacción de EE UU y los organismos financieros internacionales. El estancamiento económico de Haití es el resultado de políticas inapropiadas económicas, inestabilidad política, escasez de tierras cultivables, deterioro ambiental, uso continuo de tecnologías inadecuadas, falta de inversión pública en recursos humanos, migración de grandes grupos de la población cualificada y una tasa de ahorros débil. Haití todavía está sufriendo las consecuencias del golpe de Estado de 1991.
La agricultura es uno de los sectores principales que contribuye con el 32% del PIB y ocupa al 66% de la población activa, pero es una agricultura atomizada, con muy poco uso de la revolución verde y muy pocas tierras de cultivo. La reorientación hacia una agricultura de plantación con destino a la exportación ha agravado la situación. Los principales productos agrícolas son: café, tabaco, cacao, mango, caña de azúcar, arroz, maíz, sorgo y madera. La ganadería da el escaso aporte alimentario de la ciudadanía. Hay un claro déficit de leche y carne de vacuno, y el porcino está afectado, recurrentemente, por la peste porcina africana.
La industria es casi inexistente. Se limita al sector agroalimentario asociado a la agricultura de plantación. Supone el 20% del PIB y ocupa tan sólo a un 9% de la población activa. Los principales productos industriales son el refinamiento de azúcar, procesado de harina, textiles, cemento y el ensamblaje ligero.
La minería es testimonial, las minas de bauxita y cobre se cerraron en la década de 1980, y fueron explotadas por compañías estadounidenses. El país sufre por la escasez de productos energéticos, ya que debe de importarlos casi todos. Existe una central termoeléctrica en Puerto Príncipe y otra hidroeléctrica en la presa de Péligre. La escasez de energía ha impulsado la tala masiva del bosque.
Los servicios son de muy baja calidad. El turismo está mucho menos desarrollado que en los países vecinos, debido, precisamente, a la inestabilidad política y social. Los servicios aportan tan sólo un 48% del PIB y ocupan a un escaso 25% de la población activa.
Lo más llamativo de la economía haitiana son las características de su fuerza laboral. Presenta un 70% de desempleo. El subempleo está muy extendido. Dos terceras partes de la fuerza laboral no tiene trabajos formales. Se trata de una fuerza laboral poco o nada cualificada. Casi el 50% de la población es analfabeta.
Haití tiene una población de unos 8.200.000 habitantes, lo que da una densidad demográfica superior a los 255 hab/km², y está muy mal distribuida, concentrándose en las zonas urbanas y la escasas planicies costeras. El 95% de los haitianos son de ascendencia africana, con minorías de blancos y mestizos. El francés es uno de los dos idiomas oficiales, pero sólo lo habla el 10% de la población. El idioma popular es el francés criollo o creole haitiano, que también es oficial. El inglés se habla entre los jóvenes y en el sector comercial; y el español en la zonas limítrofes a la República Dominicana.
La estructura por edades está muy desequilibrada. Casi el 43% de la población tiene menos de 14 años, el 54% entre 15 y 65 años y sólo un 3% tiene más de 65 años. La tasa de crecimiento vegetativo es muy alta, en torno al 3% anual, pero la tasa de crecimiento real baja al 1,7%. La tasa de natalidad es altísima, sobre el 34‰, lo que da una tasa de fertilidad de casi 5 hijos por mujer. La tasa de mortalidad es muy alta, sobre el 13‰, y muchísimo más alta es la tasa de mortalidad infantil que se dispara al 76‰. La esperanza de vida al nacimiento está en torno a los 52 años.
Las principales ciudades haitianas son:
* Port-au-Prince, 1.321.522 h, departamento de Ouest
* Carrefour, 482.123 h, departamento de Ouest
* Delmas, 422.572 h, departamento de Ouest
* Cap-Haïtien, 142.018 h, departamento de Nord
* Pétionville, 117.686 h, departamento de Ouest
* Gonaïves, 90.854 h, departamento de Artibonite
* Saint-Marc, 71.526 h, departamento de Artibonite
* Les Cayes, 61.448 h, departamento de Sud
* Verrettes, 53.769 h, departamento de Artibonite
La emigración es uno de los recursos de la población haitiana. Se emigra a gran escala a Estados Unidos, Canadá, la República Dominicana, las Bahamas y otras regiones del Caribe. Aproximadamente uno de cada seis haitianos vive fuera de Haití.
Formalmente Haití es una república presidencialista con un presidente elegido en votación popular. Se rige por la constitución de 1987, que fue suspendida en 1988 y restaurada en 1994. Es una república con un presidente que es el jefe del Estado y un primer ministro que es el jefe del gobierno, que ejercen el poder Ejecutivo. El poder Legislativo reside en la Asamblea Nacional, que tiene dos cámaras el Senado, de 30 miembros, y la Cámara de Diputados, de 99 miembros. El poder Judicial reside en la Corte Suprema.
Haití está dividido en 10 departamentos:
1. Artibonito
2. Centro
3. Grand»Anse
4. Nippes
5. Norte
6. Noreste
7. Noroeste
8. Oeste
9. Sudeste
10. Sur
Los departamentos se subdividen en distritos.