Evolución de la Geografía en el siglo XX
A nadie se le escapa que durante el siglo XX los progresos científicos y técnicos en todos los órdenes han sido espectaculares; pero ¿podríamos decir lo mismo de la Geografía? Probablemente hasta el desarrollo de los Sistemas de Información Geográfica, no seríamos capaces de decir una sola gran aportación de la Geografía al progreso científico.
En la primera mitad del siglo las aportaciones de la Geografía estuvieron asociadas a la Geología y a la Historia, y condicionadas por el determinismo geográfico de Ritter y el posibilismo de Vidal de La Blache. No estaba claro cuál era el campo de la Geografía, ni que esta fuera una ciencia. Durante la primera mitad del siglo la Geografía estuvo empantanada en un esfuerzo de definición, cuando otras se ganaron el «título» con hechos.
En las décadas de 1930 y 1940 hubo intentos serios de dar un campo claro a la Geografía. La definición de Harlan Barrows como «ecología humana» y de Carl Sauer como «la morfología del paisaje» apenas crearon escuela. Más influencia tuvieron los conceptos de «diferenciación espacial», que formularía Alfred Hettner, y el de una organización funcional espacial, introducido por Robert Platt, que darían un campo de estudio a la Geografía.
No fue hasta la década de 1950 cuando el uso de las técnicas matemáticas revolucionaron los estudios de Geografía, hasta el punto de que toda la ciencia posterior hubo de elegir entre una geografía teorética y cuantitativa y un enfoque más social. Al final, el uso de las técnicas matemáticas se hicieron ineludibles, y aún no han dado todos sus frutos. No obstante, se buscaba la definición de la Geografía en los métodos de otras ciencias, hasta el punto de considerarla no como una ciencia si no como el resultado final de una serie de estudios más o menos interrelacionados pero independientes.
La gran cantidad de datos que se han de manejar en Geografía dificultó su progreso como ciencia hasta la llegada de las computadoras. Aunque hay que señalar que en la misma situación estaban otras ciencias y la falta de computadoras no fue impedimento para su desarrollo. Sin embargo, desde la extensión masiva de la informática la Geografía ha dado un salto de gigante. Los estudios han ganado en rigor, y se han podido analizar cuestiones que antes no estaban al alcance de casi nadie, no tanto por la dificultad del tratamiento de datos como porque este resultaba muy caro. Las computadoras no sólo han permitido hacer cálculos más difíciles sino que han reducido, notablemente, el coste de los estudios.
El uso de las Matemáticas es indispensable para cualquier geógrafo, pero no deben convertirse en el fin de la Geografía, como ocurrió, en cierta medida, con la geografía cuantitativa. Las Matemáticas han de ser el instrumento que nos permita hacer los estudios que nos interesan, sobre todo en Geografía humana, pero usadas para hacer Geografía.
Recordemos que el método científico tiene varios paso: observación y descripción cuidadosa y verificable; formulación de hipótesis; comprobación por el experimento, o una mayor observación; réplica del experimento y de la observación; construcción de una teoría; nuevas hipótesis, nuevas observaciones y experimentos. En todo este proceso las Matemáticas garantizan la objetividad de las observaciones y ayudan a la correcta formulación de hipótesis y teorías.
A pesar de la centralidad de las Matemáticas que la Geografía actual no hay que olvidar que otras muchas ciencias aportan sus métodos para completar los estudios geográficos, gracias al carácter multidisciplinar de esta ciencia.
Pero ¿cuál es el campo de estudio al que la Geografía debe de aplicar sus métodos? Según Richard Hartshorne, en su definición de diferenciación espacial, esto es: «la descripción e interpretación ordenada, racional y exacta del carácter variable de la superficie terrestre». Pero esta definición se queda corta para las posibilidades de la Geografía actual.
No olvidemos que la ciencia no es un catálogo de respuestas, si no un sistema de preguntas y un método para responderlas. Así, el campo de una ciencia depende tanto de cuáles son las preguntas, como de qué métodos tiene para responderlas. Las ciencias avanzan no tanto por las respuestas que tiene como por la propia investigación. Si algo tienen en común todos los problemas que aborda la Geografía es que son sistemas, generalmente sistemas caóticos. Así, el conocimiento del análisis de sistemas y la teoría del caos son instrumentos muy válidos para el geógrafo. En realidad ese es el campo de la Geografía que hoy en día se muestra con toda claridad: comprender el sistema que forman la sociedades humanas y el medio natural, con todas sus interacciones y su localización en el espacio. Un sistema que tiene en el paisaje su forma de expresión, ya que todas estas interacciones ocurren en el mundo y tienen su reflejo en el paisaje. Así, la clásica definición de la Geografía como «ciencia del paisaje» deja de ser el de una ciencia que se ocupa de la descripción de su forma y pasa a ser la definición de una ciencia que se ocupa de cómo funciona.