La industria
Una de las características que diferencian al ser humano de los animales es su capacidad para transformar los elementos de la naturaleza en su beneficio. A esa transformación es, en sentido amplio, la industria. Así pues, la actividad industrial necesita de un recurso natural que transformar, la materia prima que se convierte en producto elaborado. No siempre la industria usa de materia prima recién extraída de la naturaleza, sino que las hay que tienen como materia prima productos elaborados por otro sector: producto semielaborado. Por ejemplo, la industria siderúrgica hace planchas de acero que son empleadas como materia prima en la industria del automóvil, naval, etc. La industria que usa como materia prima los recursos naturales es la industria de primera elaboración, mientras que la que usa como materia prima productos semielaborados es la industria de segunda elaboración.
La industria fue la base de la economía desde el comienzo de la Revolución industrial hasta la segunda guerra mundial, cuando cede su puesto a los servicios. A lo largo de su historia la industria no sólo se ha extendido por todo el planeta, sino que a logrado ser cada vez más eficaz en su proceso de transformación de la materia prima. Las fábricas cada vez necesitan menos recursos, menos mano de obra y menos tiempo para producir lo mismo. Esto tiene una impacto trascendental en el espacio, ya que cada vez son menos contaminantes, para producir lo mismo, aunque para ser rentables económicamente deben de producir más. Cuanto mayor sea la eficacia en el proceso de producción menor es el impacto en el medio natural y social, y mayor su importancia económica.
La industria no se distribuye por el espacio de manera uniforme sino que se concentra en determinadas regiones. Unas pocas son la razones por las que la industria aparece y se desarrolla en una determinada región. Inicialmente la principal es la existencia de recursos naturales; pero esta razón está perdiendo peso, ya que son pocos los procesos industriales que encuentran todas las materias primas que utiliza en el entorno. Deben de transportar parte de ellos, y el transporte de materias primas, en la actualidad, es muy barato. En origen, la industria se asienta sobre las actividades fabriles industriales tradicionales. La innovación como factor de desarrollo sólo aparece cuando ya está asentada.
Otra de las razones es la existencia de un empresariado dispuestos a invertir sus capitales en la industria. Para ello necesitará una mano de obra rentable, una legislación favorable a la inversión y la existencia de un mercado que consuma sus productos. La creación de un mercado nacional, en un principio, e internacional luego, libre de trabas arancelarias favorece la iniciativa del empresario y la creación de una región industrial. Pero todo esto se mantiene gracias a la seguridad: seguridad política, social, económica, legislativa y judicial. Las personas son tanto más emprendedoras cuanto más seguras están de que el fruto de sus esfuerzos va a ser suyo. En este sentido, las democracias son los sistemas políticos más adecuados, ya que el control de numerosos ciudadanos reduce las posibilidades de corrupción y arbitrariedad.
Una razón más sutil que explica la concentración de industrias en una determinada región, y además de un determinado tipo, son las ventajas comparativas. En una región sería muy caro producir todo lo necesario para la vida moderna, es mucho más efectivo especializarse en aquellos productos que hace mejor y más baratos, y comerciar con ellos en otras regiones. Así, se producen economías de aglomeración, ya que ciertos servicios especializados salen más baratos cuando se prestan a un conjunto más grande; y economías de localización.
En las economías desarrolladas la industria trata de satisfacer, primero, la demanda interna. Sólo cuando ésta está cubierta se piensa en la exportación. Las economía de los países subdesarrollados adolecen de muchas de estas características. La industria que encontramos en ellos es producto de la deslocalización de la fábricas de las grandes empresas. Así, no responden al desarrollo de la industria tradicional, ni a la explotación de los recursos locales, no existe seguridad para la iniciativa de los empresarios autóctonos, y sus productos no responden a la demanda interna, sino que se produce para la exportación, para satisfacer la demanda de los países ricos.