Geografía

Rumanía: Economía

Publicado por Santiago

Commons Wikimedia: Explotación tradicional agrícola (Rumanía)Rumanía es un país pobre dentro de la Unión Europea, pero con una economía media-alta a nivel mundial. Su Índice de Desarrollo Humano es de 0,825. Su relativo bajo desarrollo económico se debe a décadas de empobrecimiento a manos del despotismo comunista de Nicolás Ceaucesco.

La agricultura aporta tan sólo el 8% del PIB, pero acoge al 29% de la población activa, lo que indica su baja productividad, una productividad que está en pleno proceso de reforma, tras la integración en la Unión Europea. La industria aporta el 36% del PIB y acoge al 23% de la fuerza laboral y los servicios suponen el 56% del PIB y acoge el 48% de los trabajadores.

La economía rumana fue un sistema planificado durante todo el período comunista, pero tras la caída del Muro de Berlín y la Unión Soviética se produjo un proceso de transición y reforma hacia una economía liberal de mercado.

La agricultura es un sector económicamente relevante, no tanto por su aporte al PIB, como por la cantidad de familias que obtienen sus ingresos de las tareas agrícolas. Aunque en la actualidad casi toda la producción se dedica al mercado, aún hay restos de agricultura para autoconsumo. Rumanía es uno de los graneros de Europa, ya que los cereales son el producto esencial de la agricultura rumana. El maíz es el cereal que más superficie ocupa. El trigo se dedica, es buena medida, a la exportación. Las principales regiones cerealistas son Valaquia y Moldavia. El trigo ocupa las llanuras mientras que el maíz es un cultivo de las colinas y las bajas montañas. También hay cultivos importantes de arroz y cebada, además de otros productos hortícolas, especialmente en Transilvania, donde los tubérculos tienen gran desarrollo, así como los frutales. También están muy extendidos los cultivos industriales: remolacha azucarera, en Moldavia, tabaco en Valaquia, etc.

Los recursos forestales son escasos, ya que han sufrido un gran impacto por la presión antrópica. Se encuentran reducidos a las montañas de los Cárpatos orientales y el macizo de Bihor. La explotación se centra en la madera de haya y de pino.

La ganadería tradicional se basa en el ganado ovino, que se benefició de la trashumancia entre Transilvania y las llanuras de Valaquia y Moldavia. El carácter estepario de buena parte del país es propicio para el desarrollo de este tipo de ganadería. El ganado bovino y el porcino son típicos de Tansilvania.

Rumanía dispone de medianos yacimientos de petróleo y gas natural en Prahova y el mar Negro. Gas natural encontramos, también, en Transilvania. También dispone de importantes reservas de carbón, banato, vauxita, polomo cinc, mercurio, pirita, etc., localizadas, sobre todo, en las montañas. La energía eléctrica procede, mayoritariamente, de centrales térmicas. A pesar de estos recursos parte de la industria rumana debe importar materia prima.

La industria rumana está en pleno proceso de reconversión, desde un modelo obsoleto típico del régimen comunista, hacia un sistema de producción moderno y eficaz, acorde con los requerimientos de la Unión Europea. Destaca en la industria siderúrgica, tanto primaria como de transformación, especialmente en el motor, que se está beneficiando de la política de desconcentración de las grandes multinacionales, que buscan en Rumanía mano de obra barata y un punto de fabricación dentro de la Unión Europea. También es importante la industria química, especialmente la pretroquímica, gracias a los recursos petrolíferos de que dispone el país. También es importante la industria textil, la del papel y la agroalimentaria, que da servicio a los numerosos agricultores del país. Bucarest es el gran centro fabril, aunque encontramos pequeñas industrias diseminadas por todo el país.

Los servicios son fundamentales y están en pleno proceso de modernización. El comercio exterior se basa en su relación con el resto de los países de la Unión Europea, además de con Rusia. La red ferroviaria es extensa y adecuada para las necesidades del país, aunque un tanto envejecida. La red de carreteras, por el contrario, es más modesta, a pesar de ser un país llano. La Unión Europea está facilitando la completa renovación de la red. Los principales puertos de Rumanía son el de Constanza, en el mar Negro, y los de Galatsi y Braila en el Danubio. El Danubio es una importante vía de comunicación fluvial.

El turismo es un sector en desarrollo, gracias a sus ciudades históricas, las costas del mar Negro y los atractivos naturales. Además, Rumanía ha experimentado un crecimiento en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que ha contribuido a la diversificación de su economía. El país ha atraído inversiones significativas en este sector, convirtiéndose en un importante centro de outsourcing para empresas de toda Europa.

En el sector de la energía, Rumanía ha estado trabajando para diversificar sus fuentes de energía y reducir su dependencia de las importaciones de gas natural de Rusia. El país ha estado explorando la energía nuclear, la energía eólica y la energía solar como alternativas. La central nuclear de Cernavodă, que proporciona alrededor del 20% de la electricidad del país, es un ejemplo de esta diversificación.

En cuanto a la infraestructura, se están realizando esfuerzos para mejorar la red de carreteras y ferrocarriles, así como para modernizar los aeropuertos y los puertos marítimos. Estos esfuerzos están siendo apoyados por la Unión Europea, que ha proporcionado fondos para varios proyectos de infraestructura en Rumanía.

En el ámbito de la educación y la investigación, Rumanía ha hecho avances significativos. El país ha incrementado su inversión en educación y en investigación y desarrollo, lo que ha llevado a un aumento en el número de graduados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), así como a un aumento en la producción de patentes.

Por último, la economía rumana también se beneficia de las remesas de los rumanos que trabajan en el extranjero. Estas remesas representan una fuente importante de ingresos para muchas familias rumanas y contribuyen al consumo interno, lo que a su vez impulsa el crecimiento económico.