Italia: economía
Italia es una de las primeras economías del mundo. Tiene un índice de desarrollo humano muy alto (0,941). Su moneda es el euro; desde el 1 de enero de 1999. Anteriormente era la lira italiana. El desarrollo económico italiano se fundamenta en su potente sector industrial, aunque hoy en día, como en todos los países desarrollados el sector servicios es el que más aporta al PIB. La agricultura aporta al PIB menos de un 2% y acoge sobre un 5% de la mano de obra, la industria aporta un 29% y acoge al 32% de los trabajadores, y los servicios suponen un 69% del PIB y un 63% de la fuerza de trabajo.
Italia es un país deficitario en términos agrícolas, ya que su producción no abastece a toda su población y debe de recurrir a las importaciones. No obstante, se trata de una agricultura moderna y muy productiva que usa de todos los avances que le proporciona la revolución verde.
El paisaje rural italiano se diferencia notablemente entre el norte y el sur. En el norte predomina la pequeña propiedad, de gestión directa, carácter familiar y explotación intensiva, en torno a los cuales aparecen pueblos de pequeñas dimensiones. La producción es un policultivo mediterráneo muy diversificado. Está muy extendida la agricultura a tiempo parcial. En el sur, por el contrario, predomina el latifundio, de explotación extensiva o semiextensiva y gestión directa pero con contratación de jornaleros durante las temporadas más activas. Los pueblos son mucho más grandes.
El trigo es el cultivo más importante, especialmente en las regiones de Véneto, Emilia-Romaña y Lombardía. Le siguen el maíz, en las regiones de Véneto, Lombardía y Piamonte; y el arroz, en las regiones de Piamonte y Lombardía, junto con otras frutas y hortalizas. La vid es otro de los cultivos mediterráneos clásicos. Se destina, sobre todo, a la obtención de vino. Destacan las regiones de Apulia, Sicilia, Véneto y Piamonte. Por último, el olivo es el tercer gran cultivo mediterráneo. Destacan las regiones de Apulia, Calabria y Sicilia. La actividad ganadera siempre ha sido de menor importancia. Es claramente deficitaria en carne y leche. También es deficitaria en pesca y aprovechamiento silvícola.
La industria es el gran sector italiano, sobre el que se apoya todo el resto de la economía. Se trata de una industria potente y diversificada en todas las ramas de actividad modernas. La mayor parte de su producción industrial está destinada a la exportación, tras haber satisfecho la demanda interna. Sus principales clientes son los demás miembros de la Unión Europea y Estados Unidos. Existe una clara disimetría entre el norte industrial y el sur, muy poco industrializado. La escasez de recursos naturales que hay en Italia ha hecho que muchas de las regiones industriales se instalen cerca de los grandes puertos: Tarento, Bagnoli, Cornigliano, etc. La producción de hierro y acero bruto es muy grande, pero sobre todo destaca la fabricación de aluminio. Se concentra en las regiones de Brescia, Cornigliano, Piombino, Bagnoli, Turín y Tarento. Junto a ella se desarrolla la industria naval: Génova-Sestri, Nápoles, Ancona y Trieste-Monfalcone. También la industria química es muy potente, especialmente en fertilizantes químicos. Destaca la industria automovilística y del motor en general, muy localizada en el norte, con coches que van desde el turismo urbano al coche de lujo. Los principales subsectores son el automovilístico (Turín -Fiat-, Milán, Nápoles y Modena); bicicletas y motocicletas (Milán y Varese); máquinas de escribir (Ivrea -Olivetti- y Turín); maquinaria agrícola (Turín y Milán); material ferroviario (Turín y Pinerolo); mecánica de precisión (Turín, Milán y Bolonia); y construcciones aeronáuticas (Turín, Finale Ligure y Pomigliano d’Arco). La industria textil es el tercer gran sector italiano. No sólo se trata de un textil diversificado y abundante, si no que alimenta la moda italiana, de gran prestigio en todo el mundo. Se concentra en regiones como Véneto, Lombardía y Piamonte. También es muy importante la industria agroalimentaria, la cual, curiosamente, ha de importar buena parte de sus productos para luego reexportarlos, como ocurre con el trigo de Francia, que lo exporta como pasta italiana, o el aceite español. Destacan las regiones de Sicilia, Campania, Lombardía y Apulia. En Italia las empresas industriales están muy bien diversificadas, y van desde la pequeña empresa, pasando por empresas de tamaño medio, hasta las grandes multinacionales como Fiat, Olivetti, Pirelli, Ferrari, etc.
El sector terciario es el más potente en la actualidad. Incluye un poderoso comercio, tanto interno como exterior, y el ser uno de los principales destinos turísticos del mundo. La red de transportes es muy densa y rápida. Destacan los puertos de Génova, Trieste, Augusta, Tarento y Venecia; y los aeropuertos de Roma (Fiumicino) y Milán (Linate). El sector turístico no sólo se centra en Roma, Venecia, Florencia, las ciudades renacentistas y la costa sur mediterránea, si no que se extiende por la costa del Adriático, la Riviera, los Alpes y los lagos italianos. También el sector de las telecomunicaciones aporta mucho al PIB de Italia. Italia acoge algunas de las empresas de comunicación más poderosas del mundo.