Italia: población
Italia tiene algo menos de 59 millones de habitantes, lo que da una densidad demográfica de unos 195 h/km², una densidad muy alta para un país mediterráneo de tales dimensiones. Se trata de una nación rica y moderna que terminó la transición demográfica hacia 1975. Desde 1985 el crecimiento es prácticamente cero, con algunos años de decrecimiento. Es, por consiguiente, una población que ha envejecido rápidamente. Tan sólo el 14% de la población tiene menos de 15 años, el 66% entre 15 y 65 y sobre el 20% más de 65 años. La tasa de natalidad es muy baja, en torno al 8‰, lo que da poco más de un hijo por mujer, muy lejos de la tasa de reemplazo. La mortalidad es muy baja, sobre el 10‰, y la mortalidad infantil mucho menor, sobre el 6‰. Con estos datos la esperanza de vida al nacimiento es muy alta, sobre los 80 años. El saldo migratorio, a pesar de la nueva inmigración, es bajo, sobe el 2‰.
La alta densidad de población del país hace que esta se reparta más o menos uniformemente por toda Italia. Las regiones más pobladas son: Campania, Lombardía, Liguria, Lacio, Véneto y Apulia, todas ellas con más de 200 h/km²; y las menos pobladas las de Umbría, Molise, Cerdeña, Tretino-Alto Adigio, Basilicata y Valle de Aosta, con entre 30 y 100 h/km², más densidad que muchas regiones de Europa. Esta homogeneidad se debe a la larga historia urbana del país. Italia no se caracteriza por las grandes metrópolis, pero sí que tiene una basta red de ciudades medias, aunque en torno a las principales ciudades se pueden encontrar conurbaciones bastante importantes.
Además de las ya mencionadas, hay otras ciudades que, aunque no sean tan grandes, tienen una gran importancia histórica, cultural y turística. Entre ellas se encuentran Pisa, conocida por su famosa torre inclinada; Siena, famosa por su plaza en forma de concha y su carrera de caballos, el Palio; y Lucca, conocida por sus impresionantes murallas renacentistas.
Las principales ciudades italianas son:
* Roma, 2.546.804 h, región de Lacio, conurbación de Roma (3.695.467 h)
* Milán, 1.256.211 h, región de Lombardía, conurbación de Milán (4.282.280 h)
* Nápoles, 1.004.500 h, región de Campania, conurbación de Nápoles (3.803.753 h)
* Turín, 865.263 h, región de Piamonte, conurbación de Turín (1.688.857 h)
* Palermo, 686.722 h, región de Sicilia, conurbación de Palermo
* Génova, 610.307 h, región de Liguria, conurbación de Génova
* Bolonia, 371.217 h, región de Emilia-Romaña, conurbación de Bolonia
* Florencia, 356.118 h, región de Toscana, conurbación de Florencia
* Bari, 316.532 h, región de Puglia
* Catania, 313.110 h, región de Sicilia, conurbación de Catania
* Venecia, 271.073 h, región de Véneto
* Verona, 253.208 h, región de Véneto
* Mesina, 252.026 h, región de Sicilia
* Trieste, 211.184 h, región de Friuli-Venecia, conurbación de Giulia
* Padua, 204.870 h, región de Véneto
En el norte predominan las ciudades industriales, y los centros económicos del país. Bolonia, Génova, Turín y Milán crean una red de ciudades industriales, que son el motor económico de Italia, y están entre las regiones más desarrolladas de Europa.
La población italiana también tiene una larga historia de migraciones. Desde la unificación en 1861 ha habido un lento pero constante proceso de migraciones interiores que ha favorecido al norte, en detrimento del sur, pero sólo en las décadas de 1950 y 1960 fue un hecho importante. Las áreas industriales de Turín, Milán y Génova crecieron hasta un 27%, la región en torno a Roma un 18%. Pero más importantes que las migraciones interiores han sido las exteriores. Hay descendientes de italianos en casi todas partes del mundo. Desde la unificación y hasta 1988 más de 30 millones de italianos salieron de su país para trabajar. Este proceso sólo se detuvo durante las guerras mundiales, y con la crisis de 1973. Hasta la segunda guerra mundial los destinos favoritos eran los americanos: Estados Unidos, Argentina, Brasil, Uruguay, etc. Durante las décadas de 1950 y 1960 los destinos favoritos fueron los europeos: Alemania, Francia, Suiza, Bélgica, etc. Esta emigración se alimentaba, fundamentalmente, de población urbana, por lo que con el tiempo se produjo un apreciable desequilibrio entre la población rural (más abundante) y la urbana. En las décadas de 1960 y 1970 se produjo un intenso éxodo rural, que da a Italia el actual carácter urbano de la población.
En la actualidad, y debido al bajo crecimiento y el envejecimiento de la población, Italia se ha convertido en un país receptor de inmigrantes, especialmente de África y los países del este de Europa: Albania, Rumanía, Bulgaria, etc. Además, en los últimos años, Italia ha experimentado un aumento en la llegada de inmigrantes de Asia, especialmente de China y Filipinas, que han contribuido a la diversidad cultural y demográfica del país.