La fauna de los bosques templados
La fauna de todos los bosques templados del mundo es muy similar. Se diferencian más por estar en un continente u otro, que por la variedad vegetal presente en los bosques templados. No hay que olvidar que la fauna se mueve, y es capaz de adaptarse a las diferencias climáticas con más facilidad.
La fauna de los bosques templados está sometida al ritmo de las cuatro estaciones, y por lo tanto a épocas más benignas desde el punto de vista de la temperatura y la cantidad de alimento que se puede encontrar en los bosques. Gran parte de la fauna de estos bosques recurre bien a la hibernación, bien a la migración para pasar las épocas de escasez y frío.
La hibernación consiste en adormecerse durante el invierno, cuando hay menos comida, bajando la actividad biológica. La migración en trasladarse a lugares más cálidos en invierno y regresar en verano. En general la hibernación es propia de animales terrestres como reptiles y mamíferos territoriales, y de animales de pequeño tamaño como insectos y arácnidos; es decir de aquellos que no pueden transladarse grandes distancias; mientras que la migración es propia de aves, mucho menos territoriales y con capacidad de viajar grandes distancias con facilidad. Las migraciones tienen un doble carácter. Por un lado se marchan aquellas especies que pasan en los bosques templados el verano, pero por otro estos bosques se pueblan en invierno de especies provenientes de climas aún más fríos y que son capaces de aprovechar los pocos recursos que quedan en invierno.
Además de los animales que hibernan o migran, existen también especies que se adaptan al invierno de otras formas. Algunos animales, como el lince y el lobo, desarrollan un pelaje más grueso para protegerse del frío. Otros, como el oso pardo, acumulan grasa durante el verano y el otoño para poder sobrevivir durante el invierno sin necesidad de buscar alimento.
La fauna de los bosques templados es abundante y variada: batracios, reptiles y roedores, insectos y gusanos que remueven el humus, excavadores, herbívoros, carnívoros, y toda clase de aves. Así, encontramos: ardillas, ratones, topos, ciervos, jabalíes, tejones, zorros, linces, lobos, comadrejas, nutrias, jinetas, liebres, el oso pardo, etc. A diferencia de la vegetación no existe una especie dominante que cree paisaje. No obstante, alguna de ellas es un buen indicador biológico del estado de la biocenosis, ya que necesita de condiciones optimas, como el oso pardo, o la nutria, en las aguas cristalinas.
Es importante destacar que la fauna de los bosques templados no solo incluye a los animales que viven en el suelo del bosque, sino también a los que habitan en el dosel del bosque. Entre estos se encuentran diversas especies de aves, así como insectos y arácnidos. Estos animales juegan un papel crucial en la polinización de las plantas y en el control de las plagas.
Por último, es fundamental mencionar el papel que juegan los bosques templados en la conservación de la biodiversidad. Estos bosques son hogar de una gran cantidad de especies, muchas de las cuales están en peligro de extinción. La conservación de estos bosques es esencial para la supervivencia de estas especies y para la salud del planeta en general.