La Geografía: un arma para la guerra
«La Geografía: un arma para la guerra» se ha convertido en un libro clásico dentro de la Geografía, especialmente en lo que a Geopolítica se refiere. En sus 150 páginas, y con un tamaño de bolsillo, Yves Lacoste hace un análisis pormenorizado de para qué sirve la Geografía desde el punto de vista de la geografía social.
Yves Lacoste es uno de los geógrafos más destacados del siglo XX. Nació en Fez (Marruecos) el 7 de diciembre de 1929. Tras su juventud en un Marruecos colonizado realiza sus estudios en Francia. Vuelve a África a principios de la década 1950 con su mujer, la etnóloga Camille Lacoste-Dujardin, para realizar sus estudios sobre los bereberes. En esta época es miembro del Partido Comunista Francés, y entra en contacto con los medios anticolonialistas argelinos. En 1955 vuelve a Francia y enseña en la universidad de La Sorbona. La década de 1960 es una época de ebullición social y de compromiso político desde posiciones de izquierda comprometidas con el marxismo. Aún no se había hecho una crítica seria al sistema estalinista. Lacoste trató, desde sus posiciones de izquierda una refundación y una democratización de la geopolítica. En 1976, funda Hérodote, revista de referencia de la geografía social.
Su apuesta por la Geopolítica iba contra corriente, ya que esta tenía una imagen de «ciencia nazi», porque los nazis justificaron su barbarie acudiendo, con frecuencia, a estudios geopolíticos interesados. Pero Lacoste le daría un enfoque totalmente nuevo. La divulgación de la Geografía habría de servir, en adelante, para que los pobres tomasen conciencia de cuáles son los mecanismo que les mantienen en la opresión. Así, escribe obras como: «Los países subdesarrollados» (1959) y «Geografía del subdesarrollo» (1965), con las que entraría en el campo de la geografía económica y social.
La Geografía: un arma para la guerra (La géographie, ça sert, d»abord, à faire la guerre ‒1976‒) surge tras su estancia, en julio de 1972, en la guerra de Vietnam. Allí observa cómo Estados Unidos bombardea los cimientos de los diques de los deltas del río Rojo con la finalidad de provocar su destrucción y culpar a una catástrofe natural de las víctimas de la inundación. Entonces advierte cómo el saber geográfico sirve, sobre todo, para hacer la guerra.
En la obra Lacoste distingue tres tipos geografías: la geografía escolar y universitaria, la geografía espectáculo y la geografía como instrumento del poder. Las dos primeras son, en el fondo, una escusa para la tercera. En el prólogo reflexiona sobre la epistemología de la Geografía, este es uno de los principales valores del libro, mucho más que sus conclusiones, que pueden ser discutibles. Lacoste obliga a los geógrafos a replantearse la epistemología de su ciencia.
Los títulos de los capítulos son muy descriptivos, y muestran la tesis que se defiende en cada uno, y de lo que va el libro:
- 1.- De la cortina de humo de la Geografía de los profesores a las pantallas de la Geografía-espectáculo.
2.- Un saber estratégico abandonado en manos de unos pocos.
3.- Miopía y sonambulismo en el seno de una especialidad que ha pasado a ser diferencial.
4.- La Geografía de los profesores: Un corte con toda práctica. ¿para inculcar mejor la ideología nacional?
5.- El establecimiento de un poderoso concepto obstáculo: la «región».
6.- El escamoteo del problema capital de las escalas, es decir, de la diferenciación de los niveles de análisis.
7.- Las «sorprendentes» carencias epistemológicas de la geografía universitaria.
8.- Ausencia de la polémica entre geógrafos. Ausencia de vigilancia respecto a la geografía.
9.- Marx y el espacio «descuidado».
10.- ¿Comienzos de una geografía marxista o fin de la Geografía?
11.- Del desarrollo de la geografía aplicada a la New Geography».
12.- ¿Geógrafos más o menos proletarizados para investigaciones parcelarias confiscadas por el poder?
13.- En favor de una geografía de la crisis.
14.- «¡Muera la geografía tecnocrática!» es muy fácil de decir.
15.- Las mujeres y los hombres que son «objeto» de estudios.
16.- Los estudiantes medios comienzan a dar puntapiés al biombo ideológico.
17.- Saber pensar el espacio para saber organizarse en él para saber combatir en él.
Sin llegar a las conclusiones radicales, y un tanto catastrofistas de Lacoste: «La geografía sirve, de entrada, para hacer la guerra», lo cierto es que pone a la Geografía en un lugar de privilegio entre los conocimientos básicos de la sociedad. Es muy posible que la función de la Geografía no sea hacer la guerra, pero su conocimiento detallado es indispensable para gobernar con eficacia un territorio, y el conocimiento por parte de la sociedad sirve para saber cuáles son los mecanismos por los que se les gobierna. Es tan fundamental como saber leer, para poder interpretar las leyes.