Irlanda: Clima
El clima irlandés es relativamente uniforme, con muy pocas variaciones a lo largo del año, del día y de las regiones. Se encuentra en las latitudes medias del hemisferio norte y al oeste del gran continente euroasiático. Por su posición ha de tener un clima templado, pero más frío de lo que es. Está a la latitud de Terranova y Polonia, ambas regiones con climas mucho más fríos. Esta diferencia se debe a la presencia de la corriente del Golfo, que dulcifica los climas de esta parte de Europa. Estamos ante un clima marítimo de la costa oeste. Los centros de acción que le afectan son el frente polar, durante la mayor parte del año, y que trae masas de aire de tipo polar marítimo, frías y húmedas, el anticiclón de las Azores, cuya influencia se nota uno o dos meses en verano, que trae masas de aire de tipo tropical marítimo, cálidas y húmedas, y el anticiclón siberiano, que llega muy ocasionalmente en los meses centrales de invierno y que trae masas de aire polar continental, muy frías y secas, pero que en contacto con las masas de aire marítimo provoca grandes nevadas.
Los vientos en Irlanda son, mayoritariamente del oeste, pero tiene una tendencia persistente a tener una componente suroeste, chocando con las montañas de la costa occidental. Debido a esto las precipitaciones tienen un ligero gradiente de oeste a este. El mes más lluvioso es agosto, seguido de enero. La costa occidental recibe una media de 1.500 mm al año, con puntos en las montañas que alcanzan los 3.000 mm. Por el contrario la costa oriental recibe mucha menos lluvia, en torno a los 800 mm.
Enero y febrero son los meses más fríos del año, con temperaturas en torno a 4 y 7 °C. Julio y agosto son los más cálidos con promedios sobre 14 y 16 °C. Son temperaturas frescas todo el año, y con una oscilación térmica de entorno a los 10 ºC. Las máximas absolutas se sitúan en torno a los 30 ºC, y las mínimas absolutas en torno a los -19 ºC. No obstante estas temperaturas los días con heladas son muy pocos, unos 20 días al año, y las nieves sólo aparecen de manera segura en las montañas.
La nubosidad es muy intensa. En Irlanda se dan más de 200 días nublados al año. Los meses con más horas de sol son mayo y junio, con entre 5 y 7 horas de sol al día. La alta nubosidad genera frecuentes nieblas, que duran muchos días.
El interior del país tiene un clima ligeramente más contrastado. Los veranos son más cálidos y los inviernos más fríos, con hasta 40 días con heladas seguras. La oscilación térmica asciende hasta los 15 ºC. La zona más cálida del interior es la sudeste, donde el pico máximo de precipitaciones se da en enero, y no en agosto, como en el resto del país.
Los extremos del clima están provocados por dos anticiclones de diferente tipo. Los grandes fríos y las nevadas se producen en invierno cuando es máxima la extensión del anticiclón siberiano. Es raro que llegue hasta Irlanda, pero en casi todos los inviernos alguna vez está presente. En ocasiones llegan masas de aire ártico, de manera muy esporádica, que también traen grandes fríos. Las olas de calor son muy raras, pero se dan por la influencia del anticiclón de las Azores que todos los veranos se deja sentir. A diferencia de lo que ocurre en latitudes más meridionales el anticiclón de las Azores no genera tiempo seco, si no que canaliza masas de aire húmedas que precipitan sobre el país.
La exposición de la costa oeste a los vientos del Atlántico, con la llegada ocasional de los restos de las tormentas tropicales, hace que durante el otoño sean frecuentes las galernas y los vientos muy fuertes en la región.