Geografía

Francia: población

Publicado por Santiago

Commons Wikimedia: Estación de Lyon en ParísFrancia tiene unos 64.500.000 de habitantes, lo que le da una densidad demográfica de unos 95 h/km². Se trata de una población que ha terminado la transición demográfica hacia 1975, por lo que está notablemente envejecida. Tan sólo el 19% de la población tiene menos de 15 años, el 65% tiene entre 15 y 65 años, y el 16% más de 65 años. Su tasa de crecimiento es muy baja, sobre el 0,6% anual, y tiene un saldo migratorio de 1,5‰. La tasa de natalidad está entorno al 13‰, lo que da una tasa de fecundidad de casi dos hijos por mujer, lo que está en el límite del reemplazo generacional. La mortalidad es muy baja, (8,5‰), y, como país desarrollado, la tasa de mortalidad infantil es aún más baja, sobre el 3,4‰. Con estos datos la esperanza de vida al nacimiento es de más de 80 años.

La francesa es una sociedad muy urbanizada. Sobre el 75% de los franceses viven en ciudades. París y su área metropolitana (Isla de Francia) concentra la mayor cantidad de población, sobre los 12.000.000 de personas. Las principales ciudades francesas son:

    * París, 2.177.528 h, Isla de Francia

    * Marsella, 785,801 h, Provenza, Alpes, Costa Azul

    * Lyon, 482.717 h, Ródano, Alpes

    * Tolosa, 448.003 h, Sur, Pirineos

    * Niza, 334.338 h, Provenza, Alpes, Costa Azul

    * Nantes, 280.560 h, Loira

    * Estrasburgo, 278.026 h, Alsacia

    * Montpellier, 255.053 h, Languedoc, Rosellón

    * Lille, 247.350 h, Calais

    * Burdeos, 237.801 h, Aquitania

    * Rennes, 210.582 h, Bretaña

    * Reims, 202.590 h, Champaña, Ardenas

    * Le Havre, 182.279 h, Normandía

    * Angers, 177.143 h, Loira

    * Saint-Étienne, 172.596 h, Ródano, Alpes

    * Toulon, 169.050 h, Provenza, Alpes, Costa Azul

    * Grenoble, 159.900 h, Ródano, Alpes

    * Aix-en-Provence, 153.507 h, Provenza, Alpes, Costa Azul

    * Nimes, 152.040 h, Languedoc, Rosellón

    * Dijon, 146.965 h, Borgoña

    * Limoges, 145.801 h, Limousin

    * Amiens, 145.651 h, Picardía

    * Tours, 144.815 h, Centro

    * Le Mans, 142.893 h, Loira

    * Brest, 141.674 h, Bretaña

    * Clermont-Ferrand, 137.713 h, Auvernia

    * Villeurbanne, 133.750 h, Ródano, Alpes

    * Besançon, 132.108 h, Franco Condado

    * Orleans, 128.901 h, Centro

    * Metz, 122.571 h, Lorena

    * Rouen, 114.461 h, Normandía

    * Perpiñán, 111.198 h, Languedoc, Rosellón

    * Boulogne-Billancourt, 110.925 h, Isla de Francia

    * Mulhouse, 110.892 h, Alsacia

    * Caen, 107.731 h, Normandía

    * Argenteuil, 105.607 h, Isla de Francia

    * Nancy, 105.243 h, Lorena

    * Saint-Denis, 101.605 h, Isla de Francia

La población se distribuye irregularmente por el territorio francés. Cuenta con grandes extensiones rurales de densidades por debajo de los 25 h/km², y regiones industrializadas por encima de los 500 h/km². Las regiones más densamente pobladas son desde París hasta el puerto de Le Havre y Ruoen, las regiones de Alsacia y Lorena, la región de Lyon a Saint-Étienne, y la región de Marsella, esta ligada al turismo. Las regiones menos pobladas son la zona interior de la cuenca de París, el macizo Central, la cuenca de Aquitania y las regiones montañosas de los Pirineos y los Alpes. Son zonas agrícolas que han sufrido un intenso éxodo rural que tuvo lugar en la primera mitad del siglo XX.

Las migraciones han sido muy importantes en la definición de las características de la población francesa. Francia ha sido, desde el siglo XIX, un país de acogida, especialmente de italianos, belgas, polacos, españoles y portugueses. A mediados del siglo XX la procedencia cambia bruscamente, en favor de portugueses y españoles, y se detiene la de italianos, belgas, polacos. Durante la crisis que comienza en 1973 (y se extiende durante buena parte de la década de 1980) el saldo migratorio sigue siendo positivo pero mucho menor. Comienza la inmigración de magrebíes, sobre todo tras el proceso de descolonización (Marruecos, Argelia y Túnez). En la última década del siglo XX se da otra oleada de inmigrantes provenientes del Magreb y el sur de África, de un lado, y de los antiguos países de Europa del este, de otro. También existe una importante colonia de hispanoamericanos, llegados, en las décadas de 1970 y 1980 por motivos políticos y en la de 1990 por motivos económicos.

Además de las migraciones, la población francesa también ha experimentado cambios significativos en su estructura social y cultural en las últimas décadas. La diversidad cultural es cada vez más evidente en las ciudades francesas, con una creciente presencia de comunidades de origen extranjero que han enriquecido la vida cultural y social del país. La gastronomía, la música, el arte y la literatura francesas han sido influenciados por estas comunidades, lo que ha llevado a una mayor apreciación de la diversidad y la multiculturalidad en la sociedad francesa.

También los franceses emigraron, aunque siempre hubo un saldo migratorio positivo. Los principales destinos de los emigrantes franceses son Canadá, especialmente en el Quebec, Luisiana (EE UU), América del Sur y las colonias francesas africanas y asiáticas, durante la colonización. En los últimos años, también ha habido un aumento en la emigración de franceses a otros países de la Unión Europea, en particular a Alemania, Bélgica y el Reino Unido. Esta tendencia se ha atribuido a una variedad de factores, incluyendo oportunidades de empleo, educación y una mejor calidad de vida.

En términos de educación, Francia tiene uno de los sistemas educativos más respetados del mundo. El país tiene una tasa de alfabetización del 99% y es el hogar de algunas de las universidades más prestigiosas de Europa, como la Sorbona en París. La educación es obligatoria para todos los niños entre las edades de 6 y 16, y el país ofrece una amplia gama de opciones educativas, desde escuelas públicas hasta privadas y escuelas internacionales.

En resumen, la población de Francia es diversa y dinámica, con una rica mezcla de culturas y tradiciones que reflejan su historia como un país de inmigración. A pesar de los desafíos demográficos, como el envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad, Francia sigue siendo un país vibrante y atractivo para vivir y trabajar.