Bosque templado de caducifolios
Los insectos prefieren las hojas anchas de los árboles a las agujas cerosas y duras de las coníferas. Gran cantidad de insectos se alimentan de hojas, aunque en los bosques caducifolios la provisión de este alimento no es constante debido a la pérdida de hojas que sufren los árboles durante la estación invernal.
Durante el invierno, las hojas de los árboles se acumulan en el suelo, creando una capa voluminosa de materia orgánica que aporta nutrientes a medida que se va descomponiendo, factor que favorece el enriquecimiento del suelo. En las zonas más templadas y más húmedas, las hojas permanecen en los árboles a lo largo de todo el año. La mayoría de las demás fuentes de alimentos también sufren cambios con las estaciones. Las flores, por ejemplo, aparecen durante la primavera y al comienzo del verano, y proveen de alimento a los insectos que las polinizan. A su vez, los frutos generalmente maduran al finalizar la estación cálida y, durante el otoño, se desprenden de sus nueces y semillas, que también sirven de alimento en las estaciones frías. Por ello, la fauna de los bosques tiene que adaptarse a las diferentes dietas que los bosques proveen en las distintas estaciones.
La flora de estos bosques está compuesta, generalmente, de árboles de hojas caducas. A medida que se va descendiendo en latitud, aumenta la cantidad de árboles de hojas verdes y anchas que se mantienen durante la estación invernal.
Originalmente, la zona del este de Norteamérica, prácticamente la totalidad de Europa (salvo la Península Escandinava, las zonas de altas montañas y la franja cercana al mar Mediterráneo), varias regiones de Japón, la zona norte y este del centro de Asia, regiones en el sur chileno y en el sur argentino estaban cubiertas por bosques templados de vegetación caducifolia. Algunas de las zonas mencionadas son objeto de la explotación del hombre, motivo por el cual los bosques originales hoy son muy escasos, y la fauna que los habita ha debido adaptarse a un hábitat compuesto de campos, eriales y setos.
En las zonas cercanas a los trópicos, que presentan veranos con temperaturas más altas e inviernos menos rigurosos, los bosques caducifolios dan lugar a bosques planifolios subtropicales o templados, compuestos por árboles planifolios con predominio de árboles perennes.
Estas zonas poseen árboles de hojas duras (esclerófilos), factor que posibilita una menor pérdida de agua durante los veranos calurosos. Las hierbas de estas zonas se protegen del sol a lo largo del verano, ya que la mayoría son bulbos y permanecen cubiertos de tierra.
Este tipo de vegetación templada también se encuentra en zonas cercanas a los trópicos, en laderas montañosas que, debido a la altitud, toleran climas de menor temperatura. En las regiones de altura de Nueva Guinea, por ejemplo, se encuentran rododendros, y en las zonas montañosas de Sumatra, prímulas. En estas regiones conviven animales característicos de zonas septentrionales y aquellos que provienen de las praderas en las tierras más bajas o de los bosques húmedos.