Geografía

Canchal

Publicado por Pablo Guerrero

Un canchal es una acumulación geológica de derrubios que se localiza al pie de las laderas de las montañas y de ciertas plenillanuras. La formación de canchales se debe a la meteorización de las cornisas que se encuentran en las vertientes de las montañas, lo que los convierte en paisajes típicos de las zonas montañosas. En Aragón se las llama “tarteras”.

Los canchales son producidos naturalmente debido a la fragmentación o meteorización de las rocas, generalmente a causa de su gelifracción, o sea, del congelamiento del agua en las fracturas de las rocas que provocan que estas se quiebren en trozos con los cambios de temperatura entre la noche y el día.

Como estas zonas pedregosas son, en general, móviles, con escaso suelo, típicas de áreas con marcada amplitud térmica y de elevada altura, la flora, de existir, debe poseer ciertas características específicas: largas raíces, hojas crasas y yemas próximas a la superficie. A su vez, la polinización se da con variadas opciones. Una de estas opciones es la entomogamia, con órganos y flores muy desarrolladas y de colores vivos para captar la atención de los insectos.

Meteorización:

Se llama meteorización a la descomposición y desintegración de rocas producida por la influencia de agentes físico-químicos y atmosféricos, ayudados por agentes biológicos.

Estas rocas, que se hallan en la superficie de la tierra o cercana a ella, se descomponen en su lugar, se quiebran en varios pedazos y se disuelven, formando nuevos minerales. La erosión actúa sobre estas rocas fragmentadas transportando y removiendo detritos. Por lo tanto, la meteorización facilita la acción de la erosión al producir la fragmentación de las rocas.

La meteorización física provoca la ruptura de la roca, pero esta desintegración no altera su composición mineralógica o química. El proceso actúa disgregando y deshaciendo las rocas en partículas de menor tamaño, facilitando así la erosión y el transporte de las partículas. Las características físicas se modifican, pero las químicas permanecen. La meteorización física es provocada por los diferentes agentes ambientales (sal, calor, agua, etcétera) que inciden mediante:

– la descompresión, o sea, el agrietamiento y la expansión que se produce en aquellas rocas que se formaron a gran profundidad y que luego se encuentran en la superficie donde hay menor presión. Esta dilatación forma diaclasas o grietas, las que dan forma a losas horizontales;

– la termoclastia, que es la grieta que se produce en las rocas que afloran, consecuencia del cambio de temperatura del la superficie y del exterior. Es así como, durante el día la roca se calienta y se dilata, y durante la noche se enfría y se contrae, terminando, con el tiempo, por romperse. Esta meteorización es muy frecuente en zonas de gran amplitud térmica, por ejemplo en el desierto. Las rocas de granito también sufren meteorización por termoclastia llamada “exfoliación en bolas” (onion weathering, en inglés), ya que las rocas reciben radiación solar solo en las capas superficiales del granito, elevando la temperatura y dilatando solo unos centímetros superficiales que, al enfriarse, comienzan a separarse del resto de la roca;

– la gelifracción, que se produce a causa de la fragmentación de las rocas aflorantes como consecuencia de la presión ejercida por los cristales de hielo. El agua que se filtra en las rocas se congela y aumenta un 9% su volumen, ejerciendo gran presión en el interior de la roca. Con la repetición de este tipo de meteorización mecánica, termina por quebrarse en varios fragmentos. La gelifracción es muy frecuente en zonas de climas húmedos y con repeticiones de hielo-deshielo, por ejemplo en las montañas;

– la haloclastia, producida por los efectos de la sal que se instala en los poros de las rocas y se cristaliza, aumentando su volumen. De esta manera, se incrementa la presión en el interior de las rocas (tal como sucede en la gelifracción) hasta ocasionar su quiebre. Las rocas que han sufrido haloclastia resultan angulosas y más pequeñas, factor que incide en la erosión.