Geografía

Bosque Rojo

Publicado por Pablo Guerrero

Se llama Bosque Rojo al bosque que se encuentra en un radio de 10 km2 de la Central Nuclear de Chernobil.

Este nombre proviene de los colores amarillentos y rojizos que tomaron los pinos luego del accidente de Chernobil ocurrido el 26 de abril de 1986, en el cual se impregnaron con gran cantidad de radiación. Como parte de las operaciones de limpieza, este bosque fue derribado y enterrado en un “cementerio de derroche”. Aun así, el espacio que ocupaba este bosque es una de las zonas de mayor contaminación de la Tierra.

El Bosque Rojo se encuentra en la zona de alienación, la zona que recibió la mayor dosis de radiación luego del accidente. Las nubes de polvo y de humo que se formaron también se contaminaron con la radiación. Las explosiones y el fuego que produjo el reactor 4 irradiaron la tierra, la atmósfera y el agua, resultando con una radiación semejante a veinte veces la de los bombardeos de Nagasaki e Hiroshima.

Los bosques se enterraron en zanjas que fueron cubiertas por gruesas capas de arena, luego se plantaron pinos nuevos. El temor general consiste en la creencia de que los pinos enterrados, al descomponerse, filtran las sustancias radiactivas a las aguas subterráneas, razón por la cual estas zonas permanecen despobladas.

La vegetación y la fauna del Bosque Rojo también se vieron afectadas por la radiactividad, a pesar de que la biodiversidad del bosque parece haber aumentado luego del desastre nuclear. La contaminación de esta zona no impide el desarrollo de un hábitat fértil para especies en peligro de extinción, y se ha creado una reserva natural de características propias y variadas. En 1996, la BBC emitió el documental “Inside Chernobyl’s Sarcophagus” (“Dentro del sarcófago de Chernobil”) donde se observan aves que vuelan a través de los agujeros del reactor nuclear. Aún no se sabe el alcance a largo plazo que la lluvia radiactiva tendrá en la flora y fauna de la zona, debido a las diferentes tolerancias de radiación en plantas y animales. Se sabe que en la zona se encuentran cigüeñas, castores, águilas y lobos.

Actualmente, los niveles de radiactividad del Bosque Rojo pueden alcanzar a un roentgen por hora, aunque lo más frecuente es encontrar niveles de 10 miliroentgen por hora. La radioactividad se concentra en el suelo a niveles superiores al 90%.

Se encuentra en estudio la posibilidad de utilizar la ciudad de Prípiat, próxima a la zona afectada, como laboratorio científico para analizar los efectos de la radiación de una bomba sucia o de ataques con armas químicas.

La naturaleza en la zona afectada no solamente sobrevivió el desastre nuclear, sino que floreció debido a la interrupción de la actividad humana en la zona, convirtiéndose en reserva radiológica, un parque natural involuntario. El único dato de mutaciones en la fauna se ha encontrado en el albinismo de las golondrinas, aunque se cree que puede haber casos de deformaciones en otros animales. Los suelos de Cesio-137 y de Estronio-90, con vidas de una media de 30 años, se encuentran altamente contaminados y se estima que el efecto durará varias generaciones.