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Alexánder von Humboldt

Publicado por Santiago

Commons Wikimedia: Alexánder von Humboldt, cuadro de Friedrich Georg Weitsch, 1806Friédrich Héinrich Alexánder von Humboldt es uno de los grandes geógrafos de la historia. Sus ideas y trabajo revolucionaron la ciencia, hasta el punto de que se le considera uno de los fundadores de la Geografía actual. En su carta a Friedländer escribe: «Mi verdadera y única finalidad es investigar la interacción conjunta de todas las fuerzas de la naturaleza, la influencia de la naturaleza muerta sobre la creación animal y vegetal animadas».

Humboldt nació en Berlín el 14 de septiembre de 1769, y murió en Potsdam el 6 de mayo de 1859. Era el hermano menor del lingüista y ministro prusiano Wilhelm von Humboldt. Tuvo una sólida formación académica. Estudió en las universidades de Fráncfort del Meno, Berlín y Gotinga, y en la escuela de minas de Freiberg. Sus estudios serían, según los cánones de la época, enciclopédicos. Sabía de Etnografía, Antropología, Física, Zoología, Climatología, Oceanografía, Astronomía, Geografía, Geología, Mineralogía, Botánica, Vulcanología y el humanismo en general. Trabajó como director de minas de Franconia en 1792, pero poseía una importante fortuna heredada tras la muerte de su madre, lo que le permitió viajar por el mundo a su costa (Europa, América del Sur, EE UU y a Asia Central), y editar sus libros.

Realizó su primer viaje formativo en la primavera de 1790, que lo llevó a lo largo del río Rin hasta Holanda e Inglaterra. Es la época de la Revolución Francesa, y asume sus ideales liberales y progresistas. En sus escritos critica con dureza la esclavitud y toda forma de opresión y discriminación. A su vuelta conocería en París al botánico francés Aimé Bonpland, que se convertiría en su compañero de viajes durante muchos años. Bonpland era uno de los mejores Botánicos de la época, y dominaba a la perfección el sistema de clasificación de Linneo. Planeó varios viajes, el más ambicioso por África y los países musulmanes, pero la situación política no permitía esos viajes.

Tras varios intentos fallidos se dirige a España con su amigo Bonpland. En su viaje pasa por Barcelona, Valencia, Aranjuez (donde ve al rey), Madrid, Castilla la Vieja, León, Galicia y La Coruña. En este viaje describe por primera vez las características esenciales de la Meseta Central en la península ibérica. Por fin consigue permiso para pasar a América, con el beneplácito Carlos IV, el apoyo de don Mariano Luis de Urquijo, y costeándose él el viaje. En 1799 zarpa desde La Coruña con destino a La Habana y México. En su escala en las Canarias asciende el Teide, y estudio de la vegetación y geografía humana de la isla de Tenerife. Queda muy impresionado del valle de La Orotava.

Tras la escala de Canarias ponen rumbo a La Habana, pero una epidemia hace que tengan que desembarcar en Cumaná (Venezuela), donde comienza su viaje por Sudamérica. Recorre y estudian toda la región costera de Venezuela. Desde Caracas decide explorar el sur del país, y verificar si era cierto que el Orinoco y el Amazonas se comunicaban, a través del río Casiquiare. Toda la expedición se recogerá en el libro «Del Orinoco al Amazonas», donde vierte no sólo sus descubrimientos geográficos, sino su método de trabajo y sus ideales científicos, lo que incluye no sólo aspectos geológicos, botánicos, zoológicos y geográficos, sino también la situación social, política, económica y cultural de las regiones por las que pasa.

Tras su exploración del Orinoco y el Casiquiare viaja a Bogotá para visitar a don José Celestino Mutis, el botánico vivo más importante de la época. Exploró parte de los Andes, hasta Quito, e intentó la ascensión del Chimborazo, por entonces considerada una de las cimas más altas del mundo. Recorre la costa del Pacífico, y descubre las diferencias de temperatura de las aguas, dando nombre a la corriente oceánica que lleva su nombre.

El 22 de marzo del 1803 se embarca en Guayaquil (Ecuador) con destino a Acapulco. Explora las tierra de Nueva España: Chilpancingo, Taxco y México donde estudia las ruinas aztecas. Visita Pachuca, Real del Monte, Morán y Guanajuato y los alcantarillados de Huehuetoca. Asciende a la cumbre del Jorullo, un volcán emergido cuarenta y cuatro años antes.

Humboldt pasa el siguiente año explorando Nueva España y Cuba. Finalmente se interna en Estados Unidos, el país liberal por excelencia; donde fue huésped del presidente Thomas Jefferson. Sus trabajos fueron aprovechados por el gobierno estadounidense, que decide que merece la pena hacer el esfuerzo de una expansión planeada hacia el oeste.

Finalmente Humboldt y Bonpland regresan a Europa desde Filadelfia. A su llegada, el 30 de junio de 1804, es recidivo como un héroe, ya que sus escritos han sido difundidos ampliamente en Europa.

Este viaje sería básico para la formación de la Geografía moderna, ya que en su obra posterior siempre lo toma como referencia. Humboldt y Bonpland publican varias obras juntos, la más importante de las cuales es «Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente», 13 volúmenes entre 1816 y 1831, y sus «Cuadros de la naturaleza».

En 1827 regresó a Berlín y fue nombrado chambelán del rey y se convirtió en uno de sus principales consejeros, por lo que realizó numerosas misiones diplomáticas. En 1829 realiza un viaje por Siberia, hasta la frontera de China, pero el impacto de este viaje en su obra es mucho menor.

Humboldt dejó una profunda huella por allí donde pasó. Muchos de los lugares aún se jactan de haberle tenido como huésped, y en muchos sitios hay parajes en su honor.

Su obra cumbre, y la que se considera fundacional de la Geografía moderna es «Cosmos, o Ensayo de una descripción física del mundo», publicada en cinco volúmenes en los años 1845, 1847, 1850 y 1858, el último póstumamente. En ella hace una recopilación magistral, y con su gran estilo de escritura, del saber geográfico de la época, compendio de numerosas ciencias. Incluye una descripción del cielo y el sistema solar, con los conocimientos astronómicos de la época, el estudio de la Tierra como planeta, desde su forma hasta los fenómenos atmosféricos, pasando por el relieve, la geología, la hidrografía y la paleontología, el estudio de la vida orgánica, etc. Tiene un capítulo titulado: «Reflejo del mundo exterior en la imaginación del hombre», y un «Ensayo histórico sobre el desarrollo progresivo de la idea del Universo». Inexplicablemente no es posible encontrar esta obra en español, es una de las grandes faltas de nuestras letras. Todo lo más se encuentra, en las buenas bibliotecas, alguna edición vertida al castellano por don Francisco Díaz Quintero en Madrid 1851-1852, pero sólo consta de los dos primeros volúmenes. También circuló una edición de cuatro volúmenes, aún más rara de encontrar.

El gran mérito de Humboldt fue, ante todo, integrar en un conjunto armónico todas las ciencias que conforman la Geografía, y aplicar el método científico para el estudio de un campo que hasta entonces estaba en manos de las descripciones literarias más o menos interesantes.