Geografía

El transporte

Publicado por Santiago

Commons Wikimedia: Metro de Buenos Aires (Argentina)Uno de los subsectores fundamentales del sector terciario es el de los transportes. Los transportes tienen dos dimensiones fundamentales, el transporte de pasajeros y el de mercancías, y muchas formas de realizarse, cada una con su impacto sobre el espacio.

A la hora de analizar los transportes debemos de tener en cuenta tres factores: los vehículos, las infraestructuras y las operaciones, que incluyen la carga, la descarga y el almacenaje.

Los vehículos son los aparatos que transportan tanto la mercancía como las personas. Son máquinas especializadas en el tipo de vía y la naturaleza de la carga. Así, tendremos desde automóviles privados, que transportan personas por las carreteras, a los grandes barcos de mercancías que surcan los mares, pasando por camiones, trenes, aviones, cintas transportadoras, tuberías, ondas, etc.

Existen empresas que tienen flotas de vehículos y que se dedican al transporte bien de pasajeros bien de mercancías. En el transporte podemos distinguir entre el transporte público y el privado; expresiones que alcanzan todo su significado en el transporte de pasajeros. Llamamos transporte público a aquel en que el propietario del vehículo no es el pasajero. Así, son transporte público desde los taxis hasta los aviones, aunque lo normal es que nos refiramos a trenes y autobuses, en los que el usuario paga un pasaje por realizar un trayecto determinado. Trenes y autobuses tienen rutas con paradas fijas y un horario concreto, al que el pasajero debe ajustarse. No obstante, los autobuses, como los taxis, se pueden alquilar para hacer viajes discrecionales. El transporte privado, por el contrario, es el que el pasajero es el propietario del vehículo, y por lo tanto puede usarlo según su voluntad.

En las sociedades actuales es predominante el transporte privado, sobre el público. Las ventajas del transporte privado es que este se realiza en el momento y en el trayecto que el usuario desea, pero esa discrecionalidad genera altos índices de contaminación; principalmente del aire, por las emisiones de los tubos de escape, y del espacio, provocando atascos que reducen la movilidad. El transporte público, por el contrario, al mover mayor cantidad de personas (y de mercancías) reduce el consumo de energía, y por lo tanto de contaminación del aire, y también hace necesarios menos vehículos en las redes, con lo que es evita la congestión, pero salvo los taxis, no están disponibles en todo momento, y sobre todo no están disponibles en el momento en que los necesitamos. A pesar de todo, existe un exceso de uso del transporte privado en momentos en los que sí están disponibles los medios públicos, como es el caso del desplazamiento hacia los centros de trabajo.

Las infraestructuras de transporte son muy variadas, y dedicaremos una serie de artículos a las más importantes de ellas, así como al tipo de vehículo especializado que requieren. Las infraestructuras se organizan en redes. Las redes de transporte son muy complejas. Básicamente disponen de tres partes: los lugares de acometida, que es donde los pasajeros y las mercancías acceden a los vehículos de circulan por la red (como una estación de metro), los canales de flujos, que es el lugar físico por donde se desplaza el vehículo (vías ferroviarias, carreteras, etc.) y que pueden estar jerarquizados en función del tráfico que deben de soportar, y los nodos, que son los lugares de cruce entre canales de flujos con trayectorias diferentes, y también los lugares de intercambio entre diversas redes.

El diseño de redes de transporte tiene dos vertientes diferentes, una de ingeniería, en la que se trata de la construcción física de la red: puentes, viaductos, asfaltado, peraltes, etc., y otra más geográfica en la que se decide qué lugares debe de conectar, con qué capacidad, diseño de accesos, etc.

Entre las infraestructuras también están aquellas que permiten las operaciones necesarias para el buen funcionamiento de la red. Son los sistemas de control del tráfico: señales de tráfico, semáforos, centros de control de trenes o tráfico aéreo, etc. Además, en los lugares de acometida han de facilitarse espacios para la carga y descarga, tanto de mercancías como de personas, el almacenaje o la espera, el estacionamiento de vehículos, la contratación de servicios, etc. Son instalaciones de grandes dimensiones y que se ubican en lugares centrales dentro de las ciudades. Los transportes de pasajeros tienen una tasa de centralidad muy grande. En el caso del transporte privado la infraestructura necesaria, especialmente para estacionar el vehículo, se dispersa por toda la ciudad. La tasa de centralidad de las infraestructuras para el transporte de mercancías es menor. Aquí podemos distinguir el transporte pesado, de grandes cantidades de mercancía, que suele ubicarse en el extrarradio, y el transporte ligero que va desde el correo postal (con una gran centralidad) hasta la distribución de la mercancía de los comercios urbanos.

La construcción de todas estas infraestructuras implica una definición de los usos del suelo, y de las funciones del espacio geográfico que no sólo afectan a los lugares en los que se implanta, si no que extiende su influencia a las zonas cercanas, ya que ubicarse cerca de los lugres de acometida llega a ser un ahorro para empresas y personas, por lo que el suelo cercano a ellas aumenta de valor.

El transporte es tan central en el mundo actual que todos dependemos de él para llevar una vida digna.