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Turquía: Vegetación

Publicado por Santiago

Commons Wikimedia: Paisaje de TurquíaTurquía tiene gran variedad de paisajes biogeográficos, debido a las diferencias climáticas y a que se encuentra a caballo entre dos regiones ecogeográficas. Podemos encontrar desde estepas secas hasta bosques de frondosas y bosque mediterráneo.

En la meseta de Anatolia el paisaje vegetal se caracteriza por la pobreza taxonomica. Se trata de una vegetación esclerófila y espinosa, de tipo estepario, pero que en las montañas da paso a un bosque de coníferas y Quercus. A parte de la estepa lo más característico es el bosque galería que se desarrolla a lo largo de los ríos y en torno los lagos. Se trata de una vegetación más frondosa, con abundancia de fresnos, chopos y palmeras. En torno a los lagos salados aparece una vegetación palustre halófila muy característica.

En la región de mar Negro la vegetación varía desde la escasez de la costa a los grandes bosques de frondosas de las cercanas montañas. Son especies de tipo atlántico que crecen en las laderas de umbría y con alta humedad. A partir de los 1.200 metros de altitud encontramos robles, carpes, castaños, hayas y plataneros. Por encima aparecen el bosque de coníferas, con abetos, pinos y cedros.

En el mar Mediterráneo, desde el mar de Mármara y por toda la costa sur, encontramos el bosque mediterráneo, con encinas, robles y alconoques, y un sotobosque típico, xerófilo y aromático. Se trata de una región intervenida desde antiguo, por lo que el bosque sólo se encuentra en ciertos enclaves. Sin llegar a aparecer la estepa mediterránea, el bosque galería, con álamos y fresnos, es, también muy característico.

En detalle podemos encontrar catorce ecorregiones. Entre los bosques de frondosas encontramos, el bosque de frondosas del Ponto Euxino y la Cólquide, que se extiende por la costa del mar Negro, el bosque mixto balcánico, en la Turquía europea, el bosque mixto del Cáucaso, que aparece en una pequeña región del noreste del país, el bosque caducifolio de Anatolia central, en las montañas del centro del país, el bosque caducifolio de Anatolia oriental, en las montañas del este, y la estepa de los montes Zagros, hacia el sureste, mezclada con formaciones boscosas.

En las montañas del norte de Anatolia se desarrolla un bosque templado de coníferas.

En el bosque mediterráneo encontramos cuatro variedades, el bosque esclerófilo y mixto del Egeo y Turquía occidental, que se extiende por toda la costa oeste, el bosque mixto de Anatolia, que se adentra en la meseta hasta casi el centro del país, el bosque montano de Anatolia meridional, que aparece en la ladera norte de las montañas del sur del país, y el bosque del mediterráneo oriental, que aparece a lo largo de la costa sur.

En la pradera, característica del centro del país, encontramos tres variedades, la estepa de Anatolia central, cuyo paisaje es el típico del centro de la península, la estepa montana de Anatolia oriental, que aparece en las regiones de sotavento de las montañas del este, y la estepa de Oriente Próximo, que aparece ya en las zonas orientadas hacia los desiertos de Oriente Medio, en el sureste del país. Entre ellos encontramos desiertos y semidesiertos que dificultan la aparición de formaciones vegetales, y se sitúan en las zonas más claramente de clima continental seco.

Además de las regiones ya mencionadas, Turquía también cuenta con una serie de microclimas que permiten la existencia de una flora única y diversa. Por ejemplo, en las regiones montañosas del este, se pueden encontrar especies endémicas de rododendros y orquídeas, que se adaptan a las condiciones frías y húmedas de estas áreas.

En las regiones costeras, especialmente en la costa del Egeo, la vegetación es típicamente mediterránea, con una gran abundancia de olivos, higueras y cítricos. Estos cultivos, junto con la vid, son una parte importante de la economía local, y su presencia ha moldeado el paisaje de estas regiones durante siglos.

En las regiones más secas del país, como la Anatolia Central, la vegetación es más escasa y está adaptada a las condiciones áridas. Aquí, las plantas como el enebro y la sabina son comunes, y se pueden encontrar extensas áreas de estepa, donde predominan las gramíneas y las hierbas bajas.

Por último, en las regiones del sureste, cerca de la frontera con Siria e Irak, el clima se vuelve más árido y la vegetación cambia a un tipo de desierto. Aquí, las plantas están adaptadas a las altas temperaturas y la escasez de agua, y se pueden encontrar especies como las acacias y los tamariscos.

En resumen, la diversidad vegetal de Turquía es un reflejo de su diversidad climática y geográfica, y ofrece una gran variedad de ecosistemas que van desde los bosques húmedos de la costa del Mar Negro hasta los desiertos del sureste.